El Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM) presentó la séptima edición del Mining Contribution Index (MCI), que mide la importancia relativa del sector minero en las economías nacionales. Argentina ocupa el puesto 107 entre 110 países, mientras que África lidera el ranking con naciones donde la minería constituye el núcleo del PBI y las exportaciones.
Por Panorama Minero
El nuevo Mining Contribution Index ubica a la Argentina entre las economías con menor peso relativo del sector, en un contexto global dominado por países africanos y asiáticos altamente dependientes de la minería.
La minería sigue siendo un motor clave de desarrollo para decenas de economías, especialmente en países de ingresos bajos y medios. La edición 2025 del MCI —elaborada con datos de 2022— analiza el peso del sector minero en las estructuras económicas nacionales y su relación con la gobernanza de los recursos naturales, la transparencia y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El índice sintetiza en un único número el grado de relevancia del sector en cada economía, a partir de tres indicadores principales: el valor de las exportaciones mineras y metalíferas sobre el total exportado, la variación de esa participación en los últimos cinco años y el valor de la producción minera como porcentaje del PBI.
A diferencia de ediciones anteriores, el MCI 2025 no incluye el indicador de “renta minera” (mineral rents) por falta de datos actualizados del Banco Mundial, lo que redujo la base de países analizados de 183 a 110.
África y Asia Central lideran el ranking
La República Democrática del Congo, Mali y Mongolia encabezan la lista, con sectores mineros que representan componentes esenciales de su PBI y de sus exportaciones. El Congo desplazó a Burkina Faso del primer lugar gracias al aumento en la producción de cobre y cobalto, con un 88% de sus exportaciones vinculadas a la minería y un valor de producción equivalente al 33% del PBI.
Le siguen Mali y Mongolia, con más del 80% de sus exportaciones ligadas a la minería y avances en oro y cobre. Completan el top 10 Zimbabwe, Mauritania, Liberia, Burkina Faso, Sierra Leona, Tayikistán y Nueva Caledonia.
De los 25 primeros, más de dos tercios son economías de ingresos bajos o medios, reflejando una dependencia estructural del sector extractivo. “El índice no mide el éxito económico, sino la importancia relativa de la minería en la actividad productiva nacional”, aclara el reporte. Un alto posicionamiento no implica necesariamente desarrollo inclusivo.
Minería, ODS y gobernanza
El ICMM, que representa un tercio de la industria minera global, también evalúa la relación entre la posición en el MCI y el grado de avance en gobernanza de recursos y sostenibilidad.
Según el informe, 8 de los 10 países más mineros forman parte de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI), con distintos niveles de progreso en rendición de cuentas y control de ingresos. Sin embargo, el 88% de los 25 países con mayor aporte minero al PBI se ubica en la mitad inferior del Índice de Desarrollo Sostenible (SDG Index) de la ONU.
La conclusión es clara: una alta dependencia minera no garantiza mejores condiciones sociales ni ambientales. La “calidad de la gobernanza minera” es determinante. Los países que logran transformar la riqueza del subsuelo en prosperidad sostenible aplican marcos regulatorios sólidos, incentivan la transparencia y promueven prácticas responsables.
Argentina, en el puesto 107: potencial en expansión, peso económico limitado
Argentina se ubica en el puesto 107 de 110 países, con un MCI de 17,6 puntos, reflejando una economía diversificada donde la minería aún representa una porción pequeña.
En 2022, las exportaciones de minerales y metales equivalieron al 1,4% de las exportaciones totales, con una caída de 5,7 puntos respecto a 2017. El valor de la producción minera representó 0,72% del PBI.
Este posicionamiento no refleja un mal desempeño, sino una baja dependencia relativa del sector. Argentina comparte esta situación con Kuwait, Azerbaiyán y Turkmenistán, economías en las que otras actividades —energía, agroindustria, servicios— tienen mayor peso.
Sin embargo, el ICMM destaca que la transición energética y la demanda global de minerales críticos podrían modificar esta ecuación. En 2024, Argentina fue el cuarto productor mundial de litio y, con 17 proyectos en desarrollo, podría escalar posiciones en futuras ediciones del índice.
Exportaciones en alza y cambios en la estructura productiva
El informe “Minería para el crecimiento argentino” de CAEM señala que 2025 será un año récord para las exportaciones mineras, con ventas estimadas por US$ 5.088 millones, un 14% más que en 2024. La minería es hoy el quinto complejo exportador del país, con 70% de envíos concentrados en oro, 14% en litio y 12% en plata.
En 2022, las exportaciones sumaban US$ 2.159 millones en oro, US$ 802 millones en plata y US$ 696 millones en litio. En tres años, el litio triplicó su volumen de producción, mientras que el oro y la plata continúan en declive.
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Oro: producción proyectada para 2025 de 1,13 millones de onzas (-10% interanual, -39% vs. 2018).
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Plata: 21,3 millones de onzas (-7% interanual, -32% vs. 2018).
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Litio: 115.000 toneladas LCE (+54% interanual, +238% vs. 2018).
Pese a la caída de volumen, los ingresos por oro y plata alcanzan máximos históricos debido a precios internacionales récord (oro por encima de US$ 4.000/oz y plata en US$ 47–48/oz).
Aportes fiscales y carga tributaria
CAEM estima que el 80% de la facturación minera permanece en el país. En 2025, el aporte al Estado rondará $1,4 billones, distribuido en 62% para la Nación y 38% para las provincias.
Según su presidente, Roberto Cacciola, esta distribución “debería revisarse para incentivar el desarrollo en las jurisdicciones productoras”. También advirtió que la carga fiscal, cercana al 53%, es “una de las más altas del mundo”. Incluso con el Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI), que la reduce al 39%, Argentina sigue por encima de Chile (38%).
Las retenciones a la exportación (4,5% para litio y plata) generan unos US$ 40 millones anuales por litio y US$ 27 millones por plata, pero —según Cacciola— desincentivan inversiones.
Empleo, proveedores y desarrollo territorial
La minería genera más de 100.000 empleos en Argentina, 40.000 de ellos directos, con salarios entre los más altos del país. Un proyecto promedio moviliza cientos de proveedores en exploración y construcción, y más de 500 en operación.
“La minería tiene un factor de derrame comparable con muy pocas actividades. Durante la construcción se activan más de 800 proveedores y luego se estabiliza en unos 550. Eso muestra su peso real en las comunidades y en la economía nacional”, señaló Cacciola.
Argentina podría escalar 30 posiciones
Según el ICMM, el futuro del sector dependerá no solo de su capacidad productiva, sino de la calidad de la gobernanza. Las empresas deben priorizar prácticas sostenibles y los gobiernos fortalecer los marcos regulatorios.
El contraste entre los datos del MCI (2022) y los de CAEM (2025) muestra la rápida evolución del sector: Argentina podría ascender entre 20 y 30 posiciones en el próximo ranking, alcanzando el puesto 75 aproximadamente.
El crecimiento del litio, el récord exportador y la consolidación de nuevas inversiones respaldan esta proyección, siempre que el país avance en transparencia, trazabilidad y sostenibilidad, los pilares que el ICMM considera para medir el verdadero aporte de la minería al desarrollo.