El mercado internacional se muestra ávido de un metal imprescindible para la transición energética: el cobre. Tradicionales productores como Chile y Perú están preparados para aprovechar la tendencia alcista en la cotización cuprífera, mientras que Brasil y la Argentina buscan posicionarse como grandes proveedores del recurso.
Por Panorama Minero
El auge global del cobre abre innumerables oportunidades para las naciones latinoamericanas que cuentan con reservas del mineral, pero también entraña múltiples desafíos en términos operativos, económicos, ambientales y sociales, entre otros aspectos.
Este estimulante escenario regional fue analizado por Thaís Sousa, gerente de Desarrollo de Negocios en Argus Media, durante su paso por la 19° edición de Argentina Oro, Plata y Cobre 2025. “Los metales críticos están impulsando el desarrollo de tecnologías limpias y sostenibles. Un recurso como el cobre es fundamental para la fabricación de paneles solares, turbinas eólicas y redes eléctricas”, aseguró la especialista, que protagonizó el panel ‘De la mina al futuro: La importancia del cobre en la transición energética’.
Mercados como Estados Unidos y la Unión Europea, señaló, están promoviendo activamente una mayor utilización de energías renovables, una ampliación del parque de vehículos eléctricos y una diversificación de las cadenas de suministro industriales. “China, por su parte, se encuentra lista para liderar la instalación de giga-fábricas de baterías”, agregó.
Todas esas tendencias, resumió, invitan a prever un crecimiento exponencial de la demanda cuprífera mundial hacia 2050. “En 2024 y 2025 el mercado registró un superávit. Pero la guerra arancelaria puede cambiar el panorama”, advirtió.
Por estos días se observa, según sus precisiones, una clara tendencia alcista en el precio internacional del recurso, en un escenario marcado por la volatilidad. “Más allá de las disruptivas políticas de Estados Unidos, se verifica un aumento en los inventarios de cobre en todo el planeta. Los norteamericanos están enviando un mensaje al mundo, incrementando de manera sustancial sus stocks del mineral”, analizó.
En este contexto, aseveró, Latinoamérica puede posicionarse como un epicentro de nuevos depósitos. “También hay mucho margen para realizar descubrimientos de envergadura en Asia Central y África”, añadió.
Alto potencial
Por ahora, Latinoamérica concentra un 45% de la producción cuprífera mundial. El liderazgo, especificó Sousa, se encuentra en manos de Chile y Perú, con Brasil completando el podio. “Ojalá que la Argentina se sume prontamente a esa lista”, expresó.
Todo indica, a su criterio, que habrá una expansión en las inversiones para desarrollar el negocio del cobre en la región. “Se espera la llegada de US$246.000 millones hasta 2050”, cuantificó.
Con esos capitales, proyectó, Latinoamérica estará en mejores condiciones para reducir su dependencia de la refinación asiática. “Además, podrán crearse fuentes de empleo genuino, y se impulsará una minería responsable y sostenible”, agregó.
“Latinoamérica posee un alto potencial para atraer inversiones y desarrollar infraestructura vinculada con el cobre, concebido como un recurso estratégico para la transición energética. En esa dirección, debe destacarse la aparición de nuevos proyectos con enfoque ESG, que desde un principio se adaptan a los requerimientos del mercado de carbono. Hay que garantizar la sostenibilidad, minimizando los impactos negativos en lo ambiental y lo social”, completó.


























