En la siguiente nota, un pantallazo, al día de hoy, de la existencia mundial de recursos de uranio, metal que por su capacidad de fisión es el combustible esencial en la generación nucleoeléctrica.
Existencia estimada
Los recursos
identificados de uranio (U), recuperable de fuentes convencionales a costos
<USD 130/kgU, están evaluados en 6.150.000 tU (toneladas de U). Estos
recursos están geográficamente muy concentrados ya que solo 11 países acumulan
el 89% de ese total:
Australia (28%), Kazakstán (15%), Canadá (9%), Rusia (8%), Namibia (7%), Brasil
(5%), Sudáfrica (5%), Níger (4%), China (4%), Mongolia (2%) y Ucrania (2%). El
11% restante de los recursos se encuentra en otros 25 países. Respecto a los
tipos geológicos de depósitos de uranio, esta cantidad se distribuye
predominantemente en arenisca (29%), complejos polimetálicos (21,6%),
discordancia proterozoica (11,5%), metasomático (11,5%), intrusivo (6,1%),
paleo conglomerado cuarzoso (5,1%) y volcánico (4,6%). Un hecho para destacar
es que casi la totalidad del uranio tipo polimetálico se encuentra en un solo
depósito: Olympic Dam (Australia), con 1.300.000 tU.
Este panorama se completa con los recursos especulativos y pronosticados, que
teniendo una menor certidumbre en su estimación aportan adicionalmente más de
7.200.000 tU. Por otro lado, las fuentes no convencionales, de donde el uranio
solo es recuperable como un subproducto minoritario, se estima que podrían
proporcionar alrededor de 39.000.000 tU, esto sin considerar el agua de mar.
Producción y demanda
La producción mundial de uranio proviene casi exclusivamente de recursos
convencionales y en los últimos 10 años se ha mantenido en un rango que va de
53.000 a 63.000 tU, lo que ha permitido cubrir entre el 80% y el 98% de la
demanda de los reactores en operación comercial con uranio nuevo. Para
satisfacer la demanda remanente se han utilizado otras fuentes, como las colas
del proceso industrial de enriquecimiento.
En 2019 la producción mundial de uranio alcanzó las 55.000 tU, satisfaciendo el 81% del requerimiento de los 442 reactores en operación comercial en el mundo, que con una capacidad instalada de 393.300 MWe, generaron más del 10% de la electricidad a escala global.
Respecto a los principales países productores,
Kazajstán se ha mantenido a la cabeza correspondiéndole el 41,7% del total,
seguido por Canadá (12,7%), Australia (12,1%), Namibia (10,0%), Uzbekistán
(6,4%), Níger (5,4%) y Rusia (5,3%). Se puede observar una notable
concentración entre estos siete países, ya que totalizaron el 93,6% de lo
producido en 2019. Luego de que McArthur River (Canadá) fuera puesto en standby
en 2018, el mayor depósito productor es Cigar Lake (Canadá), donde se extraen
anualmente unas 6.900 tU a partir de un mineral que contiene un 12,5% U, módulo
y tenor que permiten la aplicación de un sofisticado dispositivo de agua a alta
presión para disgregar la mineralización situada a 450 m de profundidad. En el
extremo contrario, el depósito Saghand (Irán) se encuentra produciendo tan solo
20 tU/año a partir de un material bruto que posee 0,055% U. Estos bajos módulos
también aparecen en proyectos que recuperan uranio a partir de la remediación
de pasivos ambientales, como en Hungría, Francia, Alemania, República Checa y
en el corto plazo, la Argentina. El resto de los centros productivos cubren un
amplio rango que va de 100 a 3.400 tU/año.
Técnicas extractivas
Considerando 2019, el uranio fue recuperado en un 57% de manera 2 líquida por la técnica de lixiviación in situ (Kazajstán, Australia, Uzbekistán, Rusia, China, EUA), un 20% le correspondió a la minería subterránea (Canadá, Rusia), un 16% a la minería a cielo abierto (Namibia, Níger) y el 7% restante provino del uranio obtenido como subproducto de la extracción polimetálica (Australia, Sudáfrica). La utilización de lixiviación in situ ha crecido de manera sostenida desde 2000, involucrando mejoras tecnológicas y haciendo uso de lixiviantes ácidos, alcalinos o simplemente la utilización de oxígeno y dióxido de carbono. China que está migrando toda su producción hacia esta tecnología, la está aplicando con la incorporación de bacterias que facilitan el proceso extractivo.
Conclusión
Mirando al futuro, los recursos identificados de uranio aparecen como adecuados y suficientes para cubrir la demanda en las próximas décadas, incluso en un escenario de alto crecimiento de la energía nuclear.