En medio de una situación sanitaria global que ha desafiado al sector público y privado, y como mensaje por la celebración del Día de la Minería, el máximo representante de la cartera minera nacional, Dr. Alberto Hensel, apunta que más allá de lo impredecible del contexto también existen oportunidades para enfrentar la crisis. «Una nueva era en los proyectos metalíferos puede darse en nuestro país», advierte el secretario de Minería de la Nación.
En este 2020, la celebración del Día de la Minería se encuentra fuertemente atravesada por la actual coyuntura sanitaria que atraviesa la industria, el país y el mundo. ¿Cuál es su mensaje para el sector?
Esta pandemia ha impactado al mundo en formas que aún no llegamos a dimensionar, pero toda crisis ofrece oportunidades y posibilidades de enfrentar y evolucionar con este desafío exógeno y mundial. No hace mucho tiempo atrás, en la convención PDAC, en Toronto, hablándole a los potenciales inversores compartíamos la idea de que existen en la línea de largada proyectos mineros listos para ponerse en marcha porque técnicamente están prefactibilizados, y suman más de US$25.000 millones de inversión, concentrando en cuatro de ellos de cobre el 50% de esa inversión inicial. Me refiero a Josemaría, Agua Rica, Taca Taca y Pachón.
Una nueva era en los proyectos metalíferos puede darse en nuestro país y desde la gestión de este gobierno sabemos que el dilema entre los objetivos de política económica relacionados a la solvencia fiscal y la reactivación económica debe encontrar un justo equilibrio.
Hoy los sacrificios fiscales necesarios para un efectivo programa de promoción de inversiones mineras son altos mirados desde el corto plazo de la meta fiscal que necesita cumplir el país. Adicionalmente, ello se agudiza por la emergencia sanitaria que transitamos mundial y localmente, y que repercute sin duda en empeorar la situación fiscal y financiera del Estado Nacional.
Pero somos conscientes del efecto que genera la concreción de la inversión minera en los territorios donde se radica, especialmente si hay instituciones del Estado nacional y provincial fuertes y con criterios de sustentabilidad y sostenibilidad; con empresas inversoras y sociedades locales responsables. Los efectos directos e indirectos están a la vista y son producto de años de inversión y actividad minera que se está agotando y necesita reinyectar recursos en nuevos proyectos. Argentina ha visto en las últimas décadas como un territorio en geografías similares ha logrado un proceso virtuoso de desarrollo económico y social, además de conseguir incrementar la infraestructura básica para el desarrollo y el bienestar de su población y nuevas actividades económicas (en este sentido San Juan es un buen ejemplo).
Es objetivo de la Secretaría a mi cargo, y es el mandato de nuestro Ministro y Presidente, hacer todas las gestiones técnico políticas posibles para lograr que el potencial minero geológico se viabilicey se traduzca en empleo y producción nacional en su cadena de valor, a la par que genere procesos de desarrollo endógeno y virtuosos en las economías regionales donde se radican -regiones andinas y patagónicas del país-.
La cartera minera 2020 contiene proyectos de cobre, oro, plata y litio, desde la Puna a la Patagonia, pasando por la región del Cuyo. Cada proyecto tiene su particularidad y su territorialidad y esta gestión pondrá todo de su parte para atender las particularidades socio-ambientales como económico-financieras y legales de cada uno a fin de encontrar las formas adecuadas a cada contexto territorial, ambiental, social y de ingeniería de proyecto junto a la empresa inversora y la autoridad de aplicación provincial correspondiente. Esto con la ayuda de las cooperaciones técnicas y financieras internacionales y nacionales que haga falta para que, de una vez por todas, se transforme capital físico en otra forma de capital más virtuoso y se logren procesos de desarrollo regional.
En tal sentido, no es suficiente con seguir amontonando potencial minero geológico y no tener fuentes genuinas de trabajo formal, bien remunerado y oportunidad de mejores condiciones de vida para las comunidades argentinas.
Hoy, la idea que conversábamos en PDAC cobra más fuerza, porqueesta emergencia en la coyuntura nos plantea un gran desafío y es que debemos administrar las minas en marcha a la expresión productiva que sea compatible con la exigencia sanitaria de cada territorio. Este desafío lleva a que la cadena de valor local, del primer anillo tenga una ventaja comparativa y quizás nuevas formas de alianzas de proveedores nacerán, al igual que nuevas formas de administración de recursos y de optimización. Los argentinos somos creativos y sabemos enfrentar adversidades y los mineros más aún. Nada será igual después de esta emergencia. La minería, ya está dando el ejemplo adaptándose rápidamente a las condiciones de trabajo mínimo y de bioseguridad, vuelve a generar buenas prácticas reflejándolas hacia el resto de las industrias, por ser sus operaciones de altas escalas y reorganizándose afrontando las condiciones de regionalidad, como las cuarentenas preventivas que cada provincia ha determinado para sus obreros, nuevas logísticas de personas e insumos, además de la reingeniería de procesos.
La minería, como actividad esencial, tiene hoy como siempre la posibilidad de continuar haciendo su aporte a la recuperación del país y creo que todos juntos: estados nacional y provinciales; empresas y trabajadores, debemos poner nuestro mayor esfuerzo en generar la mejor versión posible de la minería argentina 2020.
En
función de este análisis, ¿qué expectativas observa para el sector en este 2020
y qué dinámica espera en torno al desarrollo de la industria?
El contexto
económico global está en un estado de ajuste permanente. Muchos países han
cerrado directamente la actividad y aunque los minerales no enfrentan los
problemas del petróleo, los valores históricos, salvo del oro, han entrado en
baja debido a que la economía futura no encuentra el nivel de demanda que se
preveía para este año.
Observo como negativo que no es fácil operar una mina en esta coyuntura, ya que implica modificaciones en las formas de trasladar personal, habitar en campamentos y proyectos mineros, controlar la salud de operarios, proveedores, contratistas y cada parte de la cadena de valor. Este escenario reclama innumerables ajustes que estamos resolviendo día a día y creo que encontraremos la mejor forma posible de adecuarnos a la realidad sanitaria de cada jurisdicción, aún quedan meses complicados, pero avizoro un segundo semestre un tanto mejor.
Todos hemos sido alcanzados por esta situación de emergencia sanitaria y debemos trabajar en conjunto para superar el momento y replantear los objetivos a futuro.
¿Cree que la pandemia del COVID-19 profundiza los desafíos y el rol de la minería?
La industria minera argentina se debe un espacio de reflexión multiactor y multinstitucional, por lo que propongo e invito a todos a que nos comprometamos a pensar, y co-construir el Plan Estratégico para el Desarrollo Minero Argentino, un acuerdo único con todos los actores sociales del país. Aprovechemos la oportunidad de contar con posibilidad de autogenerarnos crecimiento económico y desarrollo social, con cuidado ambiental.
De lo dicho anteriormente, se desprenden los desafíos que enfrentamos: debemos encontrar la forma de reactivar las inversiones mineras, tanto de las empresas y proyectos en marcha que pueden ampliarse como los nuevos proyectos que están en la línea de largada.
Costos y demanda van a verse afectados y la industria deberá utilizar su experiencia y su efectividad para ser competitiva; y también su comprensión y responsabilidad social con los procesos de desarrollo de cada proyecto y en cada rincón de la geografía argentina donde está inmersa la actividad y donde coopera. Con la emergencia sanitaria, una actividad económica con mano de obra intensiva como la minera se vuelve compleja de administrar, pero no imposible. Los trabajadores deberán ajustarse a los requerimientos específicos de cada provincia. Esta mecánica afecta fuertemente a la industria, la cual, aunque refuerza y propicia el empleo regional y local, históricamente ha tenido una gran movilidad de operarios a nivel interprovincial.
¿Qué
medidas tomará la cartera minera nacional para acompañar a la industria en un
escenario post-pandemia?
Desde que
asumimos tomamos las medidas necesarias y hoy las profundizaremos. Somos
funcionarios de un país que se pone al frente de las realidades por buenas o
malas que sean y las gestiona.
El mandato del Presidente y del ministro de Producción se basa en administrar responsablemente la cartera sectorial. Argentina cuenta con un régimen de promoción minero, la Ley 24.196 sancionada en 1993, y gracias a la cual hoy existe minería metalífera en el país. Gracias a esta ley, regionalmente provincias como Salta, Jujuy, Catamarca, San Juan y Santa Cruz pueden darles a sus ciudadanos una posibilidad de desarrollo diferencial a la de otras provincias que poseen los mismos recursos pero no los desarrollan.
Trabajaremos a la par de las provincias, de sus autoridades mineras, de sus instituciones de base social y económica, y también con las empresas públicas y privadas potencialmente inversoras para que sean un hecho los proyectos mineros con factibilidad técnica. La factibilidad económica será evaluada en detalle, y para determinar por qué no avanzan esos proyectos trabajaremos con las áreas fiscales. Creemos que primará la racionalidad y que podremos contar con esquemas de promoción de inversión que permitirán cumplir con ambos objetivos de política económica: reactivación económica, empleo y una meta de recaudación tributaria necesaria para cumplir con las metas fiscales del país.