Por Ricardo N. Alonso
Profesor Emérito. Ex Secretario de Minería de Salta.
El pasado 15 de septiembre de 2021, falleció a los 81 años de edad el geólogo Rafael Aurelio Argañaraz. Había nacido en Catamarca en 1940, pero pronto se radicó en Salta donde estudió, se casó, formó una linda familia y desarrolló toda su actividad profesional. Personalmente lo conocí en la década de 1970, cuando yo era estudiante de geología de la Universidad Nacional de Salta y el un joven profesional graduado hacia 1967. Su esposa, Diana Olivero Nioi, ingresó a estudiar geología el mismo año que yo, en 1973, el año de creación de la nueva Universidad Nacional de Salta, antes dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán. Diana, emparentada familiarmente con viejos mineros de Salta, entre ellos los dueños de la Mina La Poma, no se recibió pero acompañó a Rafael en su desarrollo profesional y en el cuidado de su numerosa familia.
Podría decir mil cosas hermosas sobre Rafael por haberlo conocido por más de 40 años. Desde lo humano era una persona noble a la que jamás le escuché hablar mal de nadie. Cuando alguien hacía un comentario adverso sobre un amigo o un colega solo se limitaba a una sonrisa inocente. Es quizá por ello que tenía tantos amigos. La presencia de muchos de ellos en la sala de velatorio y en su inhumación en el cementerio de San Lorenzo el 16 de septiembre de 2021, da fe de ello. Rafael era creyente y partió justo un día emblemático para Salta, la celebración de los patrones tutelares del Señor y la Virgen del Milagro.
Rafael conocía al dedillo la geología y la minería de la Puna Argentina. La había recorrido incansablemente en todas direcciones. Sabía de cada manifestación o depósito mineral de metalíferos y no metalíferos. Se puede decir, sin temor a equivocarse, que era el número uno en conocimientos de la minería puneña. Una vida entera puesta al servicio de esa actividad. A mediados de la década de 1970, Rafael nos llevó a un pequeño grupo de estudiantes a que conociéramos mina La Poma, un vetiforme de plata cercano a San Antonio de los Cobres, y que era de la familia de su esposa, los Nioi. Allí nos mostró con sapiencia todo lo que se sabía sobre ese yacimiento sobre el cual más tarde publicaría un importante trabajo científico junto a su amigo el Dr. Ricardo J. Sureda (Véase: Argañaraz, R. y Sureda, R.
- El yacimiento plumbífero “La Esperanza”, departamento La Poma, Provincia
Rafael entraba a pie y martillo por los lugares más recónditos y así descubría cosas como esas que compartió con su gran amigo el Dr. José Viramonte. Argañaraz era un experto en minería subterránea. Trabajó muchos años en La Poma y después, en la década de 1980, en mina Concordia (también cerca de San Antonio de los Cobres), donde fue gerente de producción. Precisamente allí sufrió un recordado accidente cuando se le dio vuelta la jaula que lo transportaba a él y a su capataz, y cayeron más de 10 metros al vacío habiéndose salvado ambos de milagro. La gente de la mina no tuvieron entonces dudas: la Pachamama los había rechazado. En claro sincretismo, Rafael era muy creyente en su religión católica pero era también un fervoroso practicante de las ceremonias de la Pachamama, en el mes de agosto, en la Puna.
En la década de 1980 descubrió el yacimiento de hidroboracita y colemanita “Sol de Mañana” en la sierra de Sijes, que luego de los estudios de rigor comenzó su explotación por parte de una firma italiana. El yacimiento se explota hasta la actualidad por la empresa Ulex (Pallaro Hemanos) y dio trabajo a mucha gente puneña y generó divisas por exportaciones para Salta y el país. Este es uno de los broches de oro en su carrera como minero.
También descubrió depósitos de sulfato de sodio, boratos de salares, perlita, manganeso, ónix, litio, entre otras sustancias. Precisamente sobre litio publicamos juntos en 1984 un trabajo sobre la génesis del elemento en los ambientes de la Puna (Véase: Viramonte, J., Alonso, R. N., Gutierrez, R. y Argañaraz, R., 1984. Génesis del litio en los salares de la Puna Argentina. IX Congreso Geológico Argentino, Bariloche, Actas III: 471-481. Buenos Aires). Y sobre los boratos publicamos: Alonso, R.N. y Argañaraz, R., 1990. Minería y Beneficio de los Boratos de Argentina. IV Jornadas Argentinas de Ingeniería de Minas, Tomo I, p.145-156. Jujuy.
Argañaraz era además autor de cientos de informes técnicos inéditos sobre los depósitos minerales de la Puna. Ese conocimiento le valía a la hora de enseñar y durante muchos años fue profesor de las cátedras de “Yacimientos Minerales” y de “Geología Económica Minera” en la Escuela de Geología de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNSa. El decano y autoridades de la FCN-UNSa (Dr. Julio Nasser, Esp. Virgilio Núñez, Esp. Ana Chávez, Dra. Rebeca Acosta y Geól. Juan Gonzalo Veizaga) expresaron institucionalmente a sus familiares el profundo pesar por el fallecimiento de su antiguo profesor. Su actividad académica le llevó a ser invitado por el Ing. Ennio Pedro Pontussi, creador de la carrera de Ingeniería en Recursos Naturales de la UNSa, a publicar el capítulo minería del libro “Geografía del Noroeste argentino” (UNSa, 1995).
Actuó también en la función pública al haberse desempeñado como Subsecretario de Minería de Salta en 1974. En diciembre de 2019 y en mi carácter de Secretario de Minería y Energía de Salta hicimos un homenaje a personalidades mineras destacadas de Salta y entre los homenajeados se distinguió a Rafael Argañaraz. Fue conferencista en Argentina, Bolivia y Chile. En 1990 participamos con él en un curso de postgrado sobre evaporitas dictado en la Universidad Tomás Frías de Potosí (Bolivia) junto a los doctores José Viramonte, Antonio Igarzábal, Rosa Marquillas, Howard Barron, Ricardo Sureda y el suscripto. Era socio de varias entidades científicas y académicas, entre ellas la Asociación Geológica Argentina, la Asociación Argentina de Geólogos Economistas y la “Society of Economic Geologists” de Estados Unidos. Junto a su colega y amigo Angus Innes participó del descubrimiento del pórfido cuprífero de Cerro Juncal, en el filo de Copalayo (Salta), sobre el cual publicaron trabajos académicos. Rafael era muy amigo del destacado geólogo chileno Guillermo Chong Díaz. A propósito, ambos son los autores de un muy lindo libro de historias y anécdotas de minas y mineros que se publicó tanto en Antofagasta (Chile) como en Salta. La edición chilena original fue realizada por la Universidad Católica del Norte en 2016, mientras que la edición salteña fue impresa en la editorial Mundo Gráfico en 2018. El libro titulado “Cuentos de Mineros” consta de veinte cuentos e historias variopintas y atrapantes, diez por cada uno de los autores, y que se despliegan a lo largo de 200 gustosas páginas. Son de esos libros que se leen de un tirón, no solo por la amenidad de sus textos sino también por la cantidad de conocimientos nuevos que adquiere el lector. Un comentario de esas anécdotas fue sintetizado por el suscripto en: https://www.eltribuno.com/salta/nota/2021-8-9-0-0-0-historias-de-nuestras-minas-y-mineros.
Rafael fue padre de seis hijos: Rafael, Facundo, Guadalupe, Soledad, Joaquín y Gastón y tenía 13 nietos: Nicolás, Tomás, Sarita, Inés, Simón, Lucía, Victoria, Isabella, Vicente, Trinidad, Julia, Olivia y Baltasar. El mayor de ellos, Rafael Argañaraz Olivero, ha seguido desde niño sus pasos y hoy es un reconocido y respetado abogado minero que ejerce en Salta. Rafael llevó una vida plena, dejó un legado valioso para Salta y destacó como geólogo, minero de socavones y de cielo abierto, docente, consultor profesional de empresas nacionales e internacionales, especialista ambiental, conferencista, escritor de artículos científicos y técnicos, viajero y conocedor como nadie de los secretos mineros de la Puna Argentina. Descansa en paz querido y respetado amigo.