Por Ing. Carlos Daniel Galli
No hay dos salares iguales, y Argentina tiene una gran diversidad de salares, con químicas diferentes y en cuencas de distintos regímenes hídricos. Hemos ganado experiencia en el estudio de recursos, en el procesamiento de salmueras y en el desafío que representa trabajar en las condiciones especiales de la Puna.
Pero Argentina no está produciendo al nivel que se espera, menos aún al nivel que se necesita, para apuntalar el desarrollo necesario de la electrificación en la movilidad y el almacenamiento, que son clave para combatir el cambio climático. Pero llevar un proyecto a producción toma mucho tiempo e inversión; desarrollar productos de litio y homologarlos también es extenso y complejo.
Australia reaccionó al último gran incentivo de precios en litio; incrementó su producción aproximadamente 5 veces en los últimos años. Y lo hizo siguiendo el modelo que le sirve, y lo que mejor saben hacer: desarrollos mineros. China, por su parte, desarrolló una gran capacidad de refinación y fue clave en la cadena de suministro de litio para baterías. En Argentina, por su parte, el foco estuvo en la exploración.
Uno de los resultados de este último desarrollo en el litio, como bien explica Joe Lowry, es que los fabricantes de baterías y autos (OEM) visualizaron al litio como una especie de commodity, que va a responder a variaciones de precio, cubriendo la demanda cuando sea necesario. Pero la otra cara de la moneda es que el litio que se necesita para hacer baterías es un producto de performance, poner en marcha un sistema de suministro toma tiempo, y esto también tiene una señal en el precio (el “bifurcated market”, como lo llama Joe, o “quality bottleneck” como lo nombró Henrique Ribeiro en el último seminario organizado por Panorama Minero).
¿Qué va a hacer Argentina? No es suficiente con nuestras ventajas; tenemos que tener un enfoque más estructural. No se trata de reaccionar ante un posible incentivo de precios, tratando de poner más producto en el mercado; tenemos que decidir qué rol queremos jugar, y trabajar para llegar a esto. El litio desde salmueras tiene, en general, menos costo, mayor calidad, y menor impacto ambiental que el litio desde roca. Esto ya era así en 2015, cuando empezó el último incentivo de precios. Sin embargo, ganó el litio desde roca.
Hoy tenemos la oportunidad de ser parte de una cadena de suministros que está tomando forma, necesaria para apuntalar la penetración de la movilidad eléctrica en Europa. Argentina debería tender un puente con Europa, y trabajar en conjunto en un nuevo sistema de suministro, diferente al establecido por Australia y China, más funcional a las necesidades de Europa y a las capacidades de Argentina.
Esto no va a pasar solo, TENEMOS que hacer que pase. Y necesitamos mejorar en varios aspectos: hay que enfocar los proyectos más en la producción que en el recurso y el negocio minero; hay que trabajar mucho más el estudio de los sistemas hídricos y demostrar que podemos hacer litio desde salmueras de manera racional e integrada con el ambiente; hay que enfocarse fuertemente en la calidad para poder aprovechar el “quality bottleneck” y posicionar alto al litio argentino. Podemos hacerlo. ¿Queremos?