En el libro «Minería: Perón y después» (Lavandaio E., Editorial Dunken, 2001) se incluyó un nuevo concepto: la «patria ecologista» definido de la siguiente manera.
…»Este concepto se materializa cuando las ideas y las propuestas del ecologismo internacional penetran y se incorporan en el pensamiento y en el sentimiento de los líderes y demás actores de la política, conformando una ideología (tal vez una moda en algunos casos) que priorizan en la toma de decisiones, dejando de lado las iniciativas y proyectos destinados a satisfacer las necesidades económicas y sociales de la ciudadanía argentina, y en particular de los mas pobres y desocupados».
En resumen, se trata de personas que anteponen los intereses del ecologismo internacional a los de nuestra propia Patria.
En las últimas décadas, el Congreso Nacional se ha visto afectado por esta especie de tendencia y ha venido sancionando leyes cuyo objetivo parece ser prohibir el uso de recursos naturales propios de las jurisdicciones provinciales y de las actividades productivas que deriven de su aprovechamiento.
Primero le tocó a los bosques, después a los glaciares y al ambiente periglacial, hoy le toca a los llamados humedales y en el futuro quizá le toque a la Pampa Húmeda, vaya uno a saber. En todos los casos se utiliza como excusa al artículo 41º de la Constitución Nacional para enmascarar el avasallamiento de las jurisdicciones provinciales que significa establecer normas y prohibiciones sobre el uso de recursos naturales que pertenecen a las Provincias, en una flagrante violación al artículo 124º de la misma Constitución Nacional.
Cada Provincia es dueña de sus bosques, de sus glaciares, de su ambiente periglacial, de sus humedales, y de sus montañas y llanuras, y debe ser capaz de establecer sus propias normas de ordenamiento territorial en relación con el aprovechamiento de sus recursos naturales.
No deja de ser una vergüenza que los legisladores de las Provincias apoyen la sanción de leyes nacionales que cercenan los derechos de sus propias jurisdicciones.
Por otro lado, necesitamos políticos que estudien un poco más sobre las necesidades prioritarias de nuestra Patria y tomen decisiones acordes con esas necesidades. Tal vez, cuando hayan eliminado la pobreza y la desocupación, cuando la producción permita pagar las deudas, cuando la educación vuelva a ser la base del progreso familiar, y cuando todos los indicadores nos demuestren que nos estamos desarrollando, entonces seguramente habrá lugar para «quedar bien con el ecologismo internacional» imponiendo normas que, en el mundo actual, casi nadie cumple.
Eddy Lavandaio
Geólogo – Matrícula COPIG 2774A
Miembro de la Asociación Geológica de Mendoza