Este programa de Glencore Pachón ya benefició a más de 60 emprendedores del departamento e implicó una inversión superior a los $75 millones en los últimos tres años.
Por Panorama Minero
En el Valle de Calingasta, en la localidad de Tamberías, un joven productor está escribiendo una hueva historia para San Juan: Francisco Castillo es el primer y único sanjuanino que cultiva maní en estas tierras. Su emprendimiento no sólo representa una novedad agrícola, sino también un símbolo de innovación, compromiso con el territorio y esperanza de desarrollo local.
Francisco tiene 26 años y siempre vivió en Tamberías. Hijo de una familia productora, desde chico estuvo vinculado al trabajo de la tierra, aunque su camino no fue lineal. Al terminar la secundaria comenzó a estudiar abogacía, carrera que abandonó en 2020 tras un accidente. Fue entonces cuando decidió volcarse de lleno a emprender, siguiendo el espíritu familiar. Durante años trabajó con sus padres y hermanos en la producción y venta de ladrillos, actividad que los llevó a recorrer todo el departamento.
La idea de cultivar maní surgió casi por casualidad. En una charla informal con un amigo chaqueño, Francisco, siempre inquieto y con la necesidad de crear algo nuevo, lo vio como una oportunidad única: "Me atrajo que nadie lo hacía en San Juan. Me gustó la ida de innovar”.
Con semillas traídas del Chaco, sembró sus primeros surcos en una finca familiar. A partir de ese momento, comenzó una etapa de prueba, aprendizaje y adaptación al clima calingastino.
Durante algunos años Francisco y su familia de dedicaron a experimentar sin comercializar. Recién en 2025 comenzaron a vender maní tostado a particulares, comercios locales y en eventos de la comunidad. Actualmente cultivan una hectárea, aunque ya tienen planificado expandir y alquilar más tierra. Su objetivo es claro: generar trabajo para más calingastinos.
Punto de inflexión
El acompañamiento del Programa de Fondo de Impulso Emprendedor de Glencore Pachón, al que Francisco accedió en 2024, resultó un gran apoyo que le permitió incorporar equipamiento clave, como un motor para mejorar la cocción del maní y dos templadoras para desarrollar productos con valor agregado (praliné y maní con chocolate) Además, accedió a un proceso integral de mentoría y formación. Gracias a esta experiencia, Francisco no solo optimizó su producción, sino que comenzó a profesionalizar su modelo de negocio, sumando herramientas para proyectar a largo plazo.
Este programa de Glencore Pachón ya benefició a más de 60 emprendedores del departamento e implicó una inversión superior a los $75 millones en los últimos tres años. El objetivo es fortalecer el entramado social y económico de Calingasta a través del impulso emprendedor, combinando financiamiento, formación y asesoramiento personalizado.
Francisco sabe que su historia es atípica, pero también un ejemplo: “Siempre quise quedarme en mi lugar, apostar a algo propio, generar empleo, hacer algo grande desde Calingasta”. Su mirada está puesta en el futuro: seguir innovando, sumar nuevas variedades y posicionar al maní calingastino como producto distintivo de San Juan.
Su proyecto representa una muestra del potencial productivo que tiene el interior de la provincia cuando confluyen pasión, apoyo y ganas de hacer. “A otros jóvenes les diría que se animen, que prueben, que innoven. Siempre hay oportunidades si uno se las busca”, concluye.
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Nota a los editores
El Pachón es un yacimiento de cobre y molibdeno empezado en el departamento Calingasta, provincia de San Juan Argentina. Se encuentra situado a 3.600 metros sobre le nivel del mar, a 5 kilómetros del límite internacional con Chile, 100%& del yacimiento pertenece a la compañía Glencore.