PANORAMA MINERO entrevistó al Embajador de Australia en Argentina, Sr. Brett Hackett. El diplomático analizó en profundidad el intercambio comercial entre ambos países, donde la minería incrementa su participación. A su vez, puso en relieve la mayor presencia de empresas mineras y METS australianas en Argentina, con fuerte énfasis en la tecnología para alcanzar los más altos estándares de ambientales y sociales. Un capítulo muy especial al relacionamiento de la minería con las comunidades, y cómo Australia transcurrió el camino hasta una total integración de la mano del diálogo desde el inicio.
- ¿A cuánto asciende el intercambio comercial entre Argentina y Australia? ¿Cuál es la participación del sector minero?
Las cifras de intercambio comercial se han visto afectadas con motivo de la pandemia Covid-19. En el transcurso de 2020, las exportaciones australianas a Argentina ascendieron a A$200 millones, la mayor parte de esta cifra está relacionada al sector minero, mientras que las exportaciones argentinas a Australia alcanzaron los A$170 millones, siendo la agricultura el sector con mayor participación.
El intercambio minero es muy bueno. Los valores de 2020 son atípicos, están muy influenciados por el sector educativo: el ítem Educación y Entrenamiento está ganando una mayor participación dentro del intercambio entre ambos países, con una cifra que sigue creciendo. En este punto, la oferta educativa australiana es muy completa, especialmente en lo que refiere a estudios terciarios asociados en minería.
Cuando referimos intercambio minero, es solo una pequeña parte: las inversiones se refuerzan día a día, y existen montos importantes invertidos en el pipeline de proyectos localizados en Argentina, con emprendimientos en diferentes grados de desarrollo.
- ¿Puede ofrecer una panorámica de la industria minera en Australia, medido en aportes al PBI, empleados y contratistas?
La minería juega un rol muy importante en Australia. Esta industria contribuye, aproximadamente, con un 10,5% del PBI, y también domina nuestras exportaciones junto con los sectores del petróleo y el gas. El año pasado, las exportaciones totales de Australia alcanzaron los A$364 billones.
En un plano más detallado, nuestras exportaciones únicamente de mineral de hierro alcanzaron los A$160 billones, seguidas por carbón A$40 billones, oro A$25 billones, y aluminio con A$8 billones. Estos valores confirman que la minería posee un peso muy fuerte en la economía australiana.
Con motivo de la pandemia, nuestra economía se contrajo un 3,5% durante el último año, y las cifras asociadas al sector minero se han visto muy afectadas.
La industria minera emplea a 275.000 personas en Australia en forma directa; también existen importantes efectos multiplicadores donde decenas de miles de australianos desarrollan sus actividades en compañías METS (Mining Equipment, Technology and Services) que ofrecen soporte a la industria minera. Por supuesto que existe, también, un efecto multiplicador donde las personas provenientes de las comunidades poseen oportunidades para ofrecer bienes y servicios. Como se puede observar, la minería juega un rol muy fuerte en la matriz económica de Australia.
- ¿América Latina permanece como uno de los mejores destinos de inversión para las empresas mineras australianas?
Considero que nuestra industria minera posee una presencia global sostenida a lo largo de varias décadas. Las empresas mineras no permanecen únicamente en Australia, y siempre están en la búsqueda de nuevos destinos. América Latina emergió como una gran oportunidad para las empresas australianas: la primera oleada estuvo enfocada en los países situados a lo largo de la costa del Océano Pacífico como Chile, Perú y Colombia. Y ahora, en los últimos 5 años, se ha llevado a cabo una gran búsqueda de oportunidades en el resto de América Latina, particularmente en el caso de Argentina. Esto ocurre en todos los niveles, y con ello refiero a grandes operadores, así como pequeñas compañías exploradoras.
De la misma manera, las inversiones no están destinadas únicamente a la búsqueda de minerales metalíferos: el sector del litio posee un importante atractivo, así como los casos del cobalto y las tierras raras. Observamos la evolución de la demanda de estos metales críticos para una mejor calidad de vida, y estamos preparados no solo para explotar recursos sino para agregar valor.
- ¿Cómo definiría la experiencia de las empresas METS en Sudamérica? ¿Existe una correlación entre la llegada de las empresas mineras y de tecnología?
Absolutamente. Las compañías METS acompañaron el avance de las inversiones mineras; ahora existe una presencia de METS globales en Argentina. Se observa una gran demanda de sus servicios, y también hay mayores intereses de clientes por este tipo de soluciones.
Algunas de nuestras METS más especializadas y globales tienen presencia comercial en Argentina, buscando oportunidades para crecer en el futuro. El trabajo realizado desde la Embajada y Austrade es la búsqueda de perspectivas para las METS en Argentina, porque la expansión de la actividad representa una gran oportunidad, no solo en cuestiones asociadas a geología, ingeniería y medioambiente, sino también en la capacitación de profesionales respecto a cómo construir una mina, cómo operarla, a la vez de establecer un marco para colaboración mutua entre Argentina y Australia a través de programas a medida de las necesidades, trabajando a la altura de estándares internacionales.
- En cuanto a R&D en minería, ¿cuál es el rol de CSIRO1, las universidades y otras organizaciones en cuanto a disrupciones tecnológicas, sabiendo que el desarrollo minero es cada vez más complejo desde el punto de vista tecnológico?
Se ha mencionado el CSIRO, un gran ejemplo en materia de innovación tecnológica para extracción metalúrgica, gerenciamiento del recurso hídrico, cuestiones medioambientales, así como desarrollo en materia de cierre y remediación de operaciones mineras. Asimismo, existe un enorme escenario donde se plasman asociaciones entre empresas mineras y CSIRO con gran trabajo en universidades y desarrollo de tecnologías para minimizar el impacto ambiental.
Australia es líder mundial en minería, y esto se aplica también a otros países: buscamos oportunidades para mejorar y eficientizar la calidad de integración de minería a una economía. Por ello, es preciso remarcar que la innovación no es algo periférico, esto es lo que se aplica en cualquier país donde una minera australiana esté presente.
- ¿Qué lecciones ha tomado Australia en cuanto a minería y compromiso comunitario a lo largo de varias décadas?
Australia cuenta con experiencia con el tema de la licencia social, una cuestión que ha tomado varias décadas; algunos de nuestros recursos minerales se localizan en lugares alejados, donde las comunidades son muy pequeñas.
Hace varias décadas, las empresas mineras operaban sin trabajar con la comunidad, generando conversaciones que no tenían balance. El operador minero contaba con una agenda propia, y la comunidad no conocía los beneficios que podía darle la industria.
Se ha llevado a cabo un camino constructivo a lo largo del tiempo, que ha derivado en que las comunidades puedan tomar conocimiento de cómo se beneficiaría, cómo crearían puestos de trabajo, avances en infraestructura y escuelas. A este momento, las empresas mineras son líderes en generar y mantener esas discusiones que facilitan el acceso a la licencia social. Este trabajo también lo ejecutan las METS, lo que sirve para balancear esta cuestión desde el inicio de las conversaciones. Las comunidades tienen discusiones más sofisticadas antes de la inserción del proyecto.
El sector minero australiano cometió errores, pero aprendimos de los mismos a lo largo del camino; sabemos qué hacer y qué no hacer. El resultado es la calidad de un mejor diálogo, permitiendo que todas las temáticas e inquietudes se puedan abordar desde el inicio.
Por ejemplo, una empresa minera australiana que trabaja en Argentina puede tomar la experiencia de Australia, ya sea en etapa de exploración o producción, en lugares remotos, entre otros. Puedo afirmar que las mineras australianas que trabajan en Argentina han tratado el proceso de una mejor manera que el proceso realizado en Australia.
Países como Argentina se pueden beneficiar de lo que hemos aprendido a lo largo de 50 o 60 años, observando errores, mejorando con la experiencia. De esta manera podemos establecer diálogos para un mejor entendimiento y beneficiar a las comunidades.
- ¿Los conceptos asociados a ESG (Medioambiente, Social y Gobernanza corporativa) representan el mayor desafío para la minería de los próximos años?
No es una pregunta fácil, pero creo que la industria tiene que resolver estas cuestiones de la mano de instrumentos como la tecnología e innovación, los cuales juegan un rol cada vez más relevante en la industria.
Las nuevas
tecnologías permiten reconocer depósitos minerales con mayor facilidad, pero
esto es solo una pequeña imagen dentro de una fotografía. A partir de nuestra
experiencia se puede ejecutar una gran inversión en materia minera, asegurar
cuidado medioambiental, manejar adecuadamente el uso y consumo de agua, y obtener
la licencia social. Pero lo más importante es qué pasa con esa comunidad cuando
la mina está a plena operación, cómo se mantiene sustentable, calidad de vida, etc.
Se trata de cuestiones que las abordamos en Australia, áreas que se tienen que
discutir desde los primeros pasos de un proyecto. No se puede dar la discusión
con la mina en operación, y para ello se requiere un diálogo entre sector
privado, sector público y comunidades en el contexto de la minería moderna. Se
deben escuchar las expectativas de las comunidades, de primera mano, y muy
preliminarmente.