Mendoza cierra el año con señales energéticas clave para su desarrollo productivo

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Mendoza cierra el año con señales energéticas clave para su desarrollo productivo
Mendoza cierra el año con señales energéticas clave para su desarrollo productivo
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La entrada en operación anticipada del Parque Solar San Rafael, el avance del proyecto El Quemado y el inicio de estudios eléctricos de PSJ marcan un punto de inflexión en la infraestructura energética.

Por Panorama Minero

Mendoza comienza a cerrar el año con señales concretas en un terreno históricamente sensible para su desarrollo productivo: la infraestructura energética. La entrada en operación de nuevos parques solares, uno de ellos bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), y el reciente anuncio de PSJ Cobre Mendocino sobre el inicio de estudios eléctricos en alta montaña, empiezan a delinear un cambio de lógica: primero energía e infraestructura, después proyectos de escala.

Se trata de hitos concretos que, leídos en conjunto, muestran una secuencia poco habitual en la provincia. Mendoza no está discutiendo producción sin antes resolver -al menos en parte- las condiciones estructurales que se requieren.

Parques solares en operación: señales que salen del papel

Durante las últimas semanas, el Gobierno provincial confirmó la entrada en operación anticipada del Parque Solar San Rafael y el inicio de generación del parque El Quemado, el megaproyecto solar impulsado por YPF en el sur provincial. Ambos proyectos aportan potencia real al sistema eléctrico mendocino y consolidan una expansión de la matriz energética basada en fuentes renovables.

El Parque Solar San Rafael comenzó a operar de manera anticipada con la entrada en servicio de 140 MW, sobre una capacidad instalada total de 180 MW, consolidándose como uno de los desarrollos fotovoltaicos más relevantes de Mendoza. El proyecto, desarrollado por Genneia, representa una inversión de US$180 millones y refuerza el posicionamiento de Mendoza como una plaza clave para el despliegue de infraestructura energética eficiente, a gran escala y alineada con los objetivos de transición energética.

El parque cuenta con aproximadamente 400.000 paneles solares y se vincula al sistema eléctrico a través del Mercado a Término de Energía Renovable (MATER), abasteciendo a clientes privados con energía renovable.

En tanto, el parque solar El Quemado inició la inyección de energía al sistema eléctrico nacional con un primer bloque de aproximadamente 100 MW, como parte de su proceso de puesta en marcha progresiva. El proyecto contempla una potencia instalada total de 305 MW, que será incorporada al Sistema Argentino de Interconexión (SADI) en etapas, conforme avancen las pruebas técnicas, la energización de la infraestructura asociada y la habilitación comercial del resto de los módulos fotovoltaicos.

Más allá de la capacidad instalada o de los megavatios incorporados, el dato político–productivo es otro: el primer proyecto mendocino aprobado bajo el RIGI no es minero ni industrial, sino energético. Ese orden no es menor. Marca una prioridad y envía una señal clara a los inversores: antes de pensar en actividades intensivas en capital y consumo eléctrico, la provincia busca fortalecer su base energética.

Energía como condición habilitante

En paralelo a estos avances, PSJ Cobre Mendocino anunció el inicio de los estudios básicos para la construcción de una estación transformadora propia y una línea de alta tensión que permitirán vincular el proyecto al sistema eléctrico provincial en la zona de alta montaña, en el área de Uspallata. Se trata de estudios preliminares de ingeniería que analizan trazas, niveles de tensión, puntos de conexión y requerimientos operativos para una futura etapa de desarrollo.

Desde el punto de vista técnico, el proyecto PSJ se concibe como una operación de cobre a cielo abierto, con una planta concentradora diseñada para procesar alrededor de 10 millones de toneladas por año. La demanda energética asociada a ese esquema productivo es significativa, tanto en trituración y molienda como en los circuitos de flotación y filtrado, lo que obliga a planificar con anticipación el abastecimiento eléctrico.

El anuncio no implica aún obras ni cronogramas de ejecución, pero sí confirma que el acceso a energía forma parte del núcleo del proyecto, incluso antes de avanzar a la factibilidad. En términos técnicos, es una señal relevante: la energía no aparece como una variable secundaria, sino como un componente estructural del diseño minero.

RIGI: primero energía, luego minería

La expectativa oficial, que empieza a instalarse en ámbitos técnicos y empresariales, es que el segundo proyecto mendocino en encuadrarse bajo el RIGI sea minero, con PSJ como principal candidato. La secuencia -energía primero, minería después- contrasta con experiencias pasadas, donde la discusión sobre grandes proyectos se daba sin que estuvieran resueltas cuestiones básicas de infraestructura.

En ese punto, el cierre de año deja una lectura distinta: Mendoza no está acelerando la minería, sino ordenando condiciones. Los parques solares en operación y los estudios eléctricos en alta montaña funcionan como señales de previsibilidad en una provincia donde, durante años, la falta de infraestructura fue un argumento recurrente para frenar proyectos antes incluso de su evaluación técnica.

Transición energética y minería: un cruce inevitable, pero no forzado

El vínculo entre energía renovable y minería suele aparecer cargado de consignas. En este caso, el cruce es más prosaico y, por eso mismo, más sólido. La minería moderna requiere energía estable, trazable y competitiva. La transición energética, a su vez, demanda inversiones, escala y planificación territorial.

Que el primer RIGI mendocino sea energético y que el siguiente en carpeta sea minero no responde a un relato, sino a una necesidad estructural. Sin energía no hay minería, pero sin proyectos productivos de escala tampoco hay sistema energético que justifique ciertas inversiones.

Un cierre de año que ordena expectativas

En un contexto nacional atravesado por redefiniciones regulatorias y búsqueda de inversiones, Mendoza termina el año mostrando avances concretos donde durante décadas hubo más debates que obras. Los parques solares ya generan energía, con datos técnicos verificables y capacidad instalada en crecimiento. PSJ comienza a resolver su acceso eléctrico desde una lógica de ingeniería y planificación temprana. El RIGI empieza a materializarse en proyectos reales.

No es todavía un cambio de matriz productiva, pero sí un ordenamiento de prioridades. Y en una provincia donde la discusión minera suele adelantarse a las condiciones materiales, empezar por la energía no es un detalle técnico: es una señal política y económica de largo plazo.

Publicado por: Panorama Minero

Categoría: Noticias

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