La geóloga Adriana Blesa, especialista en exploración minera, comenzó su actividad profesional en la industria hace ya casi dos décadas. Desde aquel entonces hasta hoy, el panorama minero se ha ido transformando fuertemente y los desafíos y competencias de esta industria se han vuelto cada vez más exigentes. Actualidad exploratoria regional, pandemia, competitividad y ambiente son algunos de los tópicos que conversamos con la experta a cargo de la exploración en Argentina, Chile y Perú para Anglo American.
Por WiM Argentina y Panorama Minero
Antes de comenzar, ¿podría contarnos un poco sobre su recorrido y experiencia como mujer minera?
Soy geóloga de profesión, recibida en la Universidad Nacional de La Plata. He desarrollado toda mi carrera en el ámbito de la exploración, principalmente en minería, con una mirada integral que reúne experiencias de manejo ambiental y gestión y planificación de la actividad a escala provincial. Luego de recibida trabajé un año en Salta, en exploración para la industria petrolera y de allí obtuve una beca Fulbright para realizar una maestría en Estados Unidos estudiando el depósito epitermal de Esquel.
Ya de regreso en la Argentina, ingresé a trabajar a Rio Tinto como geóloga de base de datos y luego pasé a geóloga de proyecto, revisando el potencial por uranio en Argentina, y luego explorando por carbón. Trabajé de manera esporádica para empresas juniors evaluando proyectos principalmente de oro. Y ya a inicios de 2009, y en plena crisis económica, me uní a la Dirección de Protección Ambiental del Área de Minería de Mendoza para liderar el control y regulación de la actividad de canteras en la provincia.
A continuación, surgió la oportunidad de tomar el cargo de Directora de Minería de la Provincia, el cual ejercí por unos dos años. Luego decidí volver al ámbito de la industria, y me uní a Talisker para evaluar oportunidades de exploración en Argentina, Chile, Mexico y Canada. Finalmente, luego de tomar un puesto de exploración de oro en el Macizo del Deseado durante tres años, surgió la oportunidad de unirme a Anglo American, donde ingresé a cargo de la exploración en Argentina para luego pasar a colaborar con los equipos de Chile y Perú, en los Andes Centrales.
Precisamente, los Andes Centrales acaparan un rol estratégico en la exploración minera global. ¿Qué perspectivas observa como gerente de área sobre la potencialidad que existe en esta región en términos mineros?
Los Andes Centrales es una de las áreas mineras por excelencia a nivel mundial, donde se ubican los grandes depósitos de Cobre y oro del mundo, como Escondida, Chuquicamata, Los Bronces, El Teniente, Yanacocha por nombrar sólo algunos de los gigantes. Los Andes Centrales de Argentina, Chile y Perú definitivamente continúan teniendo un potencial geológico significativo en términos de cobre, oro y litio. Aproximadamente un 40% del total del cobre mundial se encuentra en esta región, y con el advenimiento de las energías limpias, las tendencias señalan que en los próximos años la producción de cobre no alcanzará a cubrir las demandas.
Esto de algún modo renueva y re-impulsa el interés exploratorio en regiones como esta, cuyo potencial geológico probado disminuye los riesgos. El avance constante de la ciencia nos permite mejorar nuestros modelos de predicción a todas las escalas, y esto junto a la incorporación de bases de datos cada vez más grandes y más completas, está dando como resultado que se testeen nuevas áreas, o se amplíen los límites de regiones con reconocido potencial. Aunque muchos pueden considerar que los Andes Centrales constituyen una jurisdicción madura, se continúan haciendo descubrimientos, tales como Cortaderas en Chile, o Filo del Sol en Argentina, por nombrar sólo los dos más relevantes de los últimos meses.
La competencia por el financiamiento es más que acentuada. ¿Cuáles son los principales desafíos que presenta la minería como industria en este sentido?
En cierto modo, el atractivo para explorar en estas épocas de pandemia se relacionan con la posibilidad de disminuir el riesgo asociado a la exploración, y esto en cierto sentido favorece a jurisdicciones reconocidas, con contenido de metales comprobado como en el caso de los Andes Centrales. Los aspectos que hacen a los Andes Centrales una región altamente atractiva, son por supuesto el potencial geológico, pero también el hecho de que existe el conocimiento, la cultura, los profesionales, empresas de servicios y todo lo que hace que continuar explorando en épocas de incertidumbre, sea un poco más predecible.
Además, las empresas buscan disminuir el riesgo asociado a factores no geológicos, es decir, factores más bien de índole operacional, o relacionado a una eventual etapa de producción. Por ello, otros factores que convierten a una región en más atractiva que otra, fuera de su potencial geológico, son por ejemplo, legislación local, seguridad jurídica, tiempos de aprobación de permisos, apertura de las comunidades locales e impuestos entre otros, es decir aspectos de índole geopolítica y socio-económicos.
Existen instituciones que se dedican a investigar los “índices de atracción” para las jurisdicciones mineras más importantes en el mundo. Este tipo de índices se construyen utilizando percepciones relacionadas a las buenas prácticas y políticas mineras; es decir, cuál es la actitud general de las políticas de gobierno hacia la actividad, incluyendo cosas como tasas de impuestos, pero también aspectos relacionados a la infraestructura disponible, por ejemplo. Esto dicho, en general la decisión de dónde explorar se basa un 60% en el potencial geológico y aproximadamente un 40% de la decisión recae en el resto de los factores.
¿En qué tenor la pandemia ha cambiado las reglas del juego a la hora de hacer minería y en qué medida cree que se han afectado los budgets de las compañías a raíz del COVID-19?
La pandemia ha venido a sacudirnos a todos como sociedad, a nivel global, en todas nuestras actividades, y sobre todo, en la forma de hacer las cosas. Y la exploración minera por supuesto no está exenta de esta situación. Hemos adaptado nuestra modalidad de trabajo disminuyendo los viajes y utilizando, como todos, la tecnología para mantenernos comunicados y avanzando nuestros proyectos al mejor ritmo posible. Aún cuando la posibilidad de ejecución de actividades en terreno se ha visto fuertemente afectada, hemos aprendido mucho y mejorado nuestras habilidades de colaboración, logrando como dije antes, avanzar en gran medida el entendimiento de nuestros modelos geológicos y áreas de interés en general, basado esto un análisis de datos más exhaustivo y permanente.
Las restricciones de circulación que hemos visto en casi todos los países del mundo han imposibilitado la realización de exploración activa en terreno durante gran parte de 2020. Esto se vio reflejado de manera directa en una baja significativa de los presupuestos de exploración a nivel global durante el año 2020. Nuevamente, existen variaciones entre jurisdicciones y commodities. Cuando uno compara las figuras globales de 2019 y 2020, la baja en los presupuestos de exploración a nivel global ha sido de un 10% en promedio, aunque en algunas jurisdicciones como Chile y Perú ha disminuido hasta un 30% y 34% respectivamente. Adicionalmente, los presupuestos de exploración para oro se han mantenido más o menos constantes, en tanto que la exploración por cobre ha visto una reducción algo superior al 20% durante el último año. Sin embargo, en 2021 ya estamos viendo una reversión de esta tendencia, y las predicciones indican que los presupuestos de exploración se incrementarán a nivel global entre un 15 y un 20%, a medida que la vacuna contra el COVID se extienda a distintos países del mundo.
Por otro lado, la pandemia ha cambiado un poco las reglas de juego en los términos en que la aplicación de protocolos nos ha obligado a reformular algunos temas logísticos, en particular relacionados a la evaluación de personal de riesgo, des-densificación en viajes, comedores y campamentos, así como la aplicación estricta de testeos y cuarentenas previas al inicio de turnos de trabajo. Todo esto ha incidido de manera positiva por un lado, en cuanto nos ha obligado a mejorar nuestra planificación de detalle y nuestro análisis de escenarios y planes. Aunque también es importante destacar que existe un impacto negativo en cierto modo y que se relaciona a un incremento de los costos básicos, que si bien no inciden fuertemente en tareas de mayor costo como puede ser una campaña de geofísica aérea, o de perforación, si han incidido en los costos de la exploración más básica y también en los tiempos necesarios para la ejecución de campañas de trabajo.
Volviendo a su experiencia profesional, ¿a qué desafíos se enfrenta una gerente de Exploración en su rutina diaria?
El rol de un gerente de exploración es amplio. La responsabilidad principal está en relación a conformar, mantener y alimentar un portafolio de proyectos en una variedad de etapas desde muy verde (greenfield o grassroot) hasta proyectos avanzados en los que se testean blancos ya mineralizados, con el objeto de alimentar los recursos para la región que uno dirige y lidera. Un aspecto clave, y del cual un gerente de exploraciones es 100% responsable, es asegurar que desarrollamos todas nuestras actividades de exploración de manera segura y en total cumplimiento de las normas vigentes, con respeto y cuidado hacia nuestras comunidades y entorno ambiental, con buena comunicación y absoluta transparencia.
Desde un punto de vista netamente técnico, la exploración greenfield está orientada a priorizar áreas con el objeto último de descubrir nuevos depósitos. Las actividades de exploración son clave para la renovación de las reservas y recursos mineros. Los recursos minerales son cada vez más escasos y más difíciles de encontrar, ya que las leyes son menores, los depósitos se encuentran más profundos, y esto afecta fuertemente nuestra habilidad de identificación y detección de nuevos recursos. Y en ese sentido, la exploración se considera una actividad de alto riesgo económico, ya que las probabilidades de encontrar nuevos depósitos económicamente viables son bastante bajas. Entonces, identificar estos desafíos y sus posibles soluciones es necesario, y es parte del día a día de la labor de un gerente. Y esto incluye desde generar nuevos modelos, nuevos conceptos, hasta innovar en nuestras herramientas y métodos de detección para encontrar nuevos depósitos, y hacerlo con las mejores prácticas orientadas al cuidado y preservación del ambiente.
Luego existen por supuesto una serie de componentes, en cuanto a las responsabilidades más “blandas” que tenemos: en mi opinión una de las responsabilidades críticas de un gerente de descubrimiento pasa por impulsar activamente la formación y desarrollo profesional del equipo de trabajo que lidera. La formación y el legado a profesionales más jóvenes es una parte esencial del rol, generar conocimiento, excelencia profesional basada en una correcta aplicación de la ciencia y un espíritu de colaboración y trabajo en equipo, aspectos todos esenciales para la obtención de resultados.
Por último, ¿cómo analiza la participación de la mujer en roles técnicos relacionados a la minería? ¿Qué puede contarnos desde su experiencia personal y profesional?
Históricamente, esta ha sido una actividad reservada al género masculino. En los últimos años ha ido cambiando lentamente, podría decirse que desde hace ya unos 10 a 12 años se está intentando mejorar la participación de las mujeres en la minería. Pero no es una tarea fácil y aún tenemos un largo camino por delante para poder cambiar la realidad.
Los números y proporciones varían mucho en diferentes países y también en cierto modo en relación al tipo de empresa. Como referencia, en Argentina, menos del 10% del total de trabajadores de la minería son mujeres, y cuando comienzas a ver caracterizaciones de acuerdo al tipo de rol, la mayor participación se ve en puestos de carácter administrativo o en roles operarios, en tanto que el porcentaje de mujeres en cargos técnicos y gerenciales cae por debajo del 5%.
Nuestros vecinos mineros, en particular Chile y Perú tienen números un poco más alentadores pero igual rondando el 10-12% de participación de mujeres en la industria. Aún países como Canadá y Australia, mineros por excelencia, apenas llegan a un 20% de participación de mujeres en el rubro.
De todos modos, soy optimista y creo que vamos por el buen camino. Por ejemplo, el advenimiento de una legislación más equitativa, como es el caso de la ausencia por paternidad. En la empresa donde trabajo actualmente existe una fuerte política de inclusión y diversidad, y se están haciendo esfuerzos significativos para poder cerrar la brecha de género que existe hoy. Con orgullo puedo decir que Anglo American se destaca, con figuras de participación femenina entre el 25 y 30%, dependiendo del área. Creo que es un ejemplo a seguir y continuaré trabajando y aportando para que las profesionales y trabajadoras jóvenes tengan mejores posibilidades de desarrollo y no se les quiten oportunidades.
No fui la primera ni seré la última que se presentó a varias entrevistas de trabajo, y casi indefectiblemente la primera pregunta era si tenía hijos, cuántos y de qué edades. Como si ser madre y buena profesional, con habilidad y compromiso, fueran cosas incompatibles. Es nuestra responsabilidad, la de todos los que hemos podido desarrollar nuestras carreras, hombres y mujeres, de asegurar que nadie verá cerrarse sus oportunidades por cuestiones de género.