En la previa de Arminera, conversamos con Alejandra Cardona, de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, para conocer los principales sucesos que marcan la agenda del sector. La directora ejecutiva de CAEM compartió su visión sobre los retos y posibilidades que enfrenta la industria, y adelantó los temas que serán abordados en el 25° aniversario de esta prestigiosa exposición coorganizada junto a Messe Frankfurt.
Por Panorama Minero
¿Cuáles son las políticas focales que la industria debe poner en marcha o apuntalar para mejorar su posicionamiento minero? ¿Cuáles son los pasos a seguir para lograr una mayor producción y desarrollo?
Argentina es un país que cuenta con recursos que le permitirán ser un jugador clave en el avance que se está dando a nivel mundial hacia las energías limpias y la electromovilidad. Se estima que estos cambios multiplicarán en seis veces el consumo mundial de minerales, destacándose entre ellos, cobre y litio. A ello se suman sus destacados recursos en oro, plata y otros minerales.
Para mensurar el potencial del país siempre usamos una comparación muy simple: Argentina comparte la cordillera con Chile, por lo que es razonable presuponer la existencia de recursos similares. Sin embargo, Chile exporta 15 veces más minerales que la Argentina. Esto demuestra lo que podríamos crecer, con las políticas adecuadas. Argentina tiene aún una industria minera joven. Si lográramos alcanzar un nivel similar de desarrollo al de nuestro vecino trasandino, esto equivaldría a generar un ingreso de divisas similar al que hoy tiene el agro en Argentina.
Hay avances en este sentido. Por ejemplo, los proyectos de litio han mostrado un gran dinamismo, con los dos yacimientos en producción con planes de ampliación y seis proyectos en construcción y más de 20 en diferentes etapas. Y en cobre, con la mirada puesta en el inicio de la construcción de Josemaría (San Juan), además de los avances en Mara, Taca Taca, Los Azules y Pachón.
Como contrapartida, cuando analizamos los proyectos a futuro, es preocupante que el país no cuente con yacimientos de oro o plata en construcción ni en etapas avanzadas, ya sea en factibilidad o prefactibilidad.
Por eso, es esencial que el país sea capaz de generar una planificación inteligente, que derive en políticas mineras de largo plazo que permitan un horizonte de previsibilidad y un contexto de reglas claras. En especial, asegurar el cumplimiento de la Ley de Inversiones Mineras. Esto es fundamental para atraer las inversiones productivas que el país necesita.
La minería ya es una realidad para el país: brinda casi 100.000 empleos, es uno de los tres únicos sectores productivos que genera ingreso neto de divisas, y abre posibilidades en las regiones donde otras industrias no llegan. Acompañando el crecimiento del sector, el país logrará contar con una valiosa herramienta para motorizar su economía.
Específicamente para CAEM y sus asociados, ¿qué temas generan mayor preocupación hacia futuro considerando la frágil situación económica y los sobresaltos de la política global? ¿Hacia dónde orienta sus esfuerzos la Cámara para paliar estos efectos en la minería?
La Cámara es la representante del sector minero, englobando a las empresas en sus distintas etapas, desde la exploración hasta la producción. Y representa también a proveedores y a las Cámaras provinciales. Esto significa que tomamos un gran abanico de temas, aunque hay cuestiones que son transversales a la industria. Creo que en general, todos los distintos segmentos atravesaron un 2022 complejo.
Los desafíos para el sector seguirán siendo los inconvenientes que no se han resuelto: las demoras en los procesos de aprobación de SIRA y SIRASE para las importaciones y las distorsiones en los precios, que generan un incremento de los costos productivos. Los cambios en las ecuaciones de costos no son un tema menor, ya que impactan en las decisiones de poner o no en marcha un proyecto minero y también en la extensión de la vida útil de las minas. Esta situación, como comentábamos, es particularmente sensible en los proyectos de oro y plata del país.
Independientemente de los temas de coyuntura, desde CAEM también hay una agenda propia, relacionada con los aspectos necesarios para acompañar el crecimiento del sector minero. Entre ellos, uno de los ejes a trabajar es la comunicación, que es un gran desafío de nuestra industria, donde hay que generar contenidos y datos, y a la vez, buscar nuevas formas de comunicar y sumar aliados que ayuden a potenciar nuestra voz. Generar acciones destinadas a líderes de opinión, para acercarles la realidad de la industria y su importancia. Y también ser una fuente de información permanente y confiable a partir de datos autogenerados, sumando a la transparencia del sector un mayor volumen de información disponible.
Se trabajan también cuestiones relacionadas con la capacitación para acompañar el crecimiento de la industria y evitar cuellos de botella por la falta de personal calificado. Podemos resaltar además los avances en temas de ambiente y sustentabilidad, donde la Cámara está efectuando un fuerte trabajo de generación de información propia y de difusión de buenas prácticas.
Recientemente encabezó la participación de CAEM en la reunión de países que integran la iniciativa «Hacia una Minería Sustentable». Considerando el intercambio con estos actores, ¿cómo analiza los avances ligados a sostenibilidad, derechos humanos y diversidad en la minería argentina?
La industria minera ha atravesado en los últimos años un cambio de paradigma, donde ha comprendido que además de los temas productivos debe tener en su agenda de trabajo las cuestiones relacionadas con la sustentabilidad ambiental, económica y social. En este marco, vemos que la mayoría de las empresas ya han tomado los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) como una guía para sus acciones generando así importantes avances para sus colaboradores, las personas en su cadena de valor y las comunidades. Esto es algo compartido a nivel internacional y es parte de la realidad de las empresas argentinas.
Las compañías que son parte de CAEM destinan fondos y esfuerzos a la inversión social, con foco en generar mejores condiciones en sus comunidades de influencia. Esto implica no sólo aportes económicos, sino también el compromiso de escuchar a las comunidades, ser parte de ellas activamente y pensar en conjunto programas que permitan el pleno desarrollo de las personas.
Por otra parte, una de las cuestiones que vienen ganando terreno son los temas de género. En el país, actualmente contamos con un 10,6% de mujeres en la industria, lo que nos ubica dentro del promedio de los países mineros de la región. Lo interesante es que, si vemos la comparativa histórica, este porcentaje está en permanente crecimiento.
También es destacable el apoyo de las empresas a iniciativas como Hacia una Minería Sustentable (HMS o TSM, por sus siglas en inglés) y con EITI (la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas), que propician la participación de todos los sectores. Aún hay mucho camino por delante en estos temas, pero el compromiso es claro y nos permite tener un sector sustentable y transparente.
¿Cuánto de estos temas se pondrá en análisis en las conferencias y actividades de Arminera 2023?
Esperamos una edición de Arminera que tenga un rol activo no sólo desde la parte comercial y de negocios, necesaria para este tipo de eventos, sino también en cuanto al tratamiento de todas estas temáticas que hacen al verdadero desarrollo de la minería. El próximo 22, 23 y 24 de mayo pondremos a disposición de la comunidad, en una plaza como La Rural, en Buenos Aires, distintas actividades que tratarán temas ambientales, sociales, económicos y de coyuntura minera. Sobre HMS particularmente, contaremos con un panel específico con la presencia de Pierre Gratton, presidente y CEO de la Mining Association of Canada (MAC), entidad fundadora del programa. Sin dudas, será un espacio en el que se pondrá en relieve lo que este sector tiene para aportar a la gente y su capacidad de generar un crecimiento genuino para Argentina.