Firmó un acuerdo con Distrocuyo para iniciar los estudios que permitan la construcción de una nueva línea de 220 kV y una estación transformadora en la alta montaña mendocina. De esta manera buscan ordenar la ingeniería del proyecto y reducir la incertidumbre en una operación de alta demanda energética.
Por Panorama Minero
A una semana de la promulgación de la ley provincial que habilitó el avance de PSJ Cobre Mendocino hacia la etapa de factibilidad, el proyecto dio un paso técnico clave: firmó un acuerdo con Distrocuyo para asegurar el suministro eléctrico que demandará su futura operación en alta montaña. Se trata de una definición estructural que excede al proyecto en sí y se proyecta sobre el sistema energético del centro de Mendoza.
El acuerdo contempla la construcción de la Estación Transformadora San Jorge 220/33 kV y una nueva Línea de Alta Tensión de 220 kV que permitirá vincular la futura operación minera con la Estación Transformadora Mendoza Norte. La obra refuerza la confiabilidad del anillo eléctrico central de la provincia y mejora las condiciones de abastecimiento para Uspallata y su área de influencia.
Infraestructura eléctrica
En proyectos de cobre de escala industrial, la energía eléctrica no es un insumo más: es un habilitante técnico que condiciona plazos, costos y diseño de procesos. La definición temprana del esquema de abastecimiento permite reducir incertidumbre en la ingeniería, ordenar la planificación de la obra y avanzar con mayor previsibilidad hacia la factibilidad.
La solución acordada con Distrocuyo apunta a garantizar calidad, estabilidad y capacidad suficiente para una operación a cielo abierto con planta concentradora. La incorporación de una línea de 220 kV aporta robustez al sistema, reduce riesgos operativos y permite absorber una demanda intensiva y continua, característica de los circuitos de trituración, molienda y flotación.
Desde una mirada sistémica, la nueva infraestructura no se limita a PSJ. El refuerzo del sistema de transporte eléctrico mejora la confiabilidad del suministro en el centro de Mendoza, amplía la capacidad disponible para futuras actividades productivas y comerciales y habilita, además, la integración de proyectos de generación renovable en la zona.
En términos técnicos, se trata de una inversión estructural que queda instalada en el territorio. La posibilidad de acceder a energía más eficiente, con menores pérdidas y mejor estabilidad, también se traduce en ventajas operativas y ambientales, en línea con los estándares que hoy exige la minería del cobre a nivel internacional.
El proyecto PSJ: características técnicas relevantes
PSJ Cobre Mendocino se desarrolla en la Estancia Yalguaraz, a unos 35 kilómetros de la localidad de Uspallata, sobre una superficie de 9.984 hectáreas. El yacimiento corresponde a un sistema porfídico con mineralización de sulfuros y óxidos de cobre y oro, con una ley media de cobre del 0,47%.
La operación fue concebida como una mina a cielo abierto, con un secuenciamiento productivo organizado en cinco fases. El corazón del proyecto será una planta concentradora con capacidad para procesar 10 millones de toneladas de mineral por año, mediante un circuito que incluye trituración, molienda, flotación y filtrado.
El producto final será un concentrado seco con un contenido cercano al 25% de cobre y trazas de oro. Las pruebas metalúrgicas realizadas arrojaron recuperaciones del orden del 90% para el cobre, un dato clave para la evaluación económica y técnica del proyecto.
Energía y proceso: una relación crítica
El diseño del proceso productivo de PSJ implica una demanda energética significativa, particularmente en las etapas de construcción. Por ello, contar con un abastecimiento eléctrico confiable es determinante no solo para la operación futura, sino también para definir alternativas tecnológicas, optimizar consumos y proyectar costos operativos realistas.
El acuerdo con Distrocuyo incluye el desarrollo de ingeniería, estudios eléctricos y gestiones regulatorias para la incorporación de las nuevas instalaciones al Sistema de Transporte de Energía Eléctrica, cumpliendo con la normativa vigente y los requerimientos de los organismos de control. La integración se realizará de manera ordenada y segura, evitando impactos negativos sobre el sistema existente.
La obra eléctrica se inscribe en un contexto más amplio. La alta montaña mendocina ha sido, durante décadas, una zona con limitaciones estructurales en materia de infraestructura y servicios. En ese marco, la instalación de una operación minera de esta escala aparece como una oportunidad singular: nunca antes hubo una inversión de este calibre en la zona ni en la provincia en las últimas décadas.
El desarrollo de infraestructura energética abre la puerta a mejoras estructurales que trascienden al proyecto, y permite pensar en condiciones más competitivas para actividades productivas futuras, tanto mineras como no mineras.
Articulación local y formación de capacidades
El acuerdo también incorpora un componente de desarrollo local. Distrocuyo manifestó su voluntad de promover la adquisición de bienes y servicios en la zona y de participar en instancias de capacitación técnica vinculadas a energía e infraestructura eléctrica, en articulación con los programas de formación impulsados por PSJ Cobre Mendocino.
Estas acciones apuntan a fortalecer capacidades locales, generar empleo indirecto y dejar capacidades instaladas que permanezcan más allá de la etapa de construcción.
Con la firma de este acuerdo, PSJ Cobre Mendocino comienza a traducir la aprobación legislativa en decisiones técnicas concretas. La infraestructura eléctrica se consolida así como uno de los primeros pilares del proyecto, marcando el inicio de una etapa en la que la planificación, la ingeniería y la ejecución empiezan a ocupar el centro de la escena.




























