El organismo multisectorial de fiscalización verificó el cumplimiento técnico y ambiental del proyecto más avanzado del MDMO I, en la fase crítica previa a la perforación diamantina.
Por Panorama Minero
La Unidad de Gestión Ambiental (UGA) del Malargüe Distrito Minero Occidental I (MDMO I) realizó una inspección técnica integral en el proyecto El Perdido, el emprendimiento de exploración más avanzado de todo el distrito y el que se perfila como el primer proyecto en iniciar perforaciones dentro del esquema minero del sur mendocino.
La inspección tuvo un valor particular no solo por el alcance del control, sino también por el momento en el que se llevó adelante: El Perdido se encuentra en la etapa final previa al ingreso de la perforadora, luego de avanzar con la apertura del camino de acceso, una de las obras más sensibles desde el punto de vista ambiental, técnico y logístico en proyectos de exploración en alta montaña.
La recorrida fue realizada por la UGA junto con técnicos de la Dirección de Minería, la Dirección de Gestión y Fiscalización Ambiental, la Policía Ambiental Minera (PAM) y la Municipalidad de Malargüe, en el marco del esquema de control multisectorial que la provincia puso en funcionamiento para los proyectos activos del distrito.
El proyecto más avanzado del distrito
El proyecto El Perdido es desarrollado por la canadiense Kobrea y se localiza en el departamento de Malargüe, provincia de Mendoza, dentro del conjunto de proyectos cupríferos que integran el Malargüe Distrito Minero Occidental.
El Perdido abarca una superficie de 6.878 hectáreas y corresponde a un sistema de pórfido de cobre que, hasta el momento, no ha sido explorado mediante perforaciones. La empresa ya obtuvo los permisos necesarios para la construcción de caminos y la ejecución de perforación diamantina, y contrató a la firma mendocina Conosur Drilling S.A. para llevar adelante el programa de sondajes.
Durante la inspección, los equipos técnicos auditaron el avance de la apertura del camino, verificando el progreso de la traza hasta el sector denominado Los Caracoles. Allí se constató que los trabajos se ajustan a los parámetros técnicos aprobados y a los compromisos ambientales establecidos en el Informe de Impacto Ambiental.
Según informó la propia empresa, el último tramo del camino es el más complejo desde el punto de vista constructivo, tanto por las condiciones topográficas como por la necesidad de extremar las medidas de control ambiental. Esa situación explica el leve corrimiento del cronograma original: si bien la intención inicial era comenzar a perforar en diciembre, todo indica que la primera perforación se concretará en enero, una vez finalizadas las obras de acceso y montado el campamento.
Control ambiental en una etapa crítica
La inspección de la UGA incluyó la revisión de aspectos clave de la gestión ambiental y operativa del proyecto: manejo de residuos, control de procesos erosivos, protección de áreas sensibles, señalización y control de velocidad, aplicación de protocolos de seguridad y resguardo del patrimonio arqueológico, conforme a lo establecido en la actualización del Informe de Impacto Ambiental.
También se analizaron los criterios técnicos aplicados en la última presentación del Plan de Manejo de Apertura de Caminos, documento central en esta fase, ya que la correcta ejecución de los accesos condiciona no solo el inicio de los sondajes, sino el desarrollo completo de la campaña de exploración.
En noviembre, Kobrea había anunciado el inicio formal de la construcción del camino de acceso como paso previo a la instalación del campamento, infraestructura indispensable para avanzar con la exploración de pórfido de cobre mediante perforación diamantina.
Potencial geológico: nuevos datos que amplían el sistema
En paralelo al avance en terreno, Kobrea difundió nuevos resultados técnicos que amplían de manera significativa el potencial del proyecto El Perdido. Los estudios más recientes indican que el sistema de pórfido es más extenso de lo interpretado inicialmente.
Los resultados de la magnetometría aérea muestran que el sistema se extiende hacia el este, bajo una cobertura de material coluvial, y permiten interpretar una huella mineral de aproximadamente 2 kilómetros por 2 kilómetros. Este dato sugiere un sistema de mayor escala dentro del polígono exploratorio.
A su vez, el análisis de imágenes del satélite ASTER (Advanced Spaceborne Thermal Emission and Reflection Radiometer) evidencia que la alteración hidrotermal -un indicador clave de mineralización- se prolonga hacia el este y el sureste, superando los límites previamente definidos del sistema.
Uno de los hallazgos más relevantes es la identificación de una unidad de brecha hidrotermal de 1.700 metros por 250 metros, interpretada como el centro del sistema de pórfido de El Perdido. La presencia de este tipo de brechas es un rasgo característico de los grandes depósitos de cobre de la región andina y refuerza el interés geológico del proyecto.
Inversión y campaña de sondajes
Para esta primera campaña de perforación, Kobrea proyecta una inversión del orden de los US$5 millones, destinada a la ejecución de sondajes diamantinos que permitirán evaluar en profundidad el sistema mineralizado y definir el potencial del yacimiento.
La concreción de esta etapa convertirá a El Perdido en un proyecto testigo dentro del MDMO I: será el primero en pasar del trabajo superficial al subsuelo, activando de manera plena el esquema de control ambiental, técnico y social diseñado para el distrito.
La UGA y el modelo de control mendocino
La inspección técnica en El Perdido refuerza el rol que la UGA comenzó a ocupar en el esquema minero mendocino. Se trata de un organismo participativo y multisectorial creado para coordinar y supervisar inspecciones, evaluar información técnica y reforzar el control en territorio, complementando el trabajo de la Policía Ambiental Minera.
En el contexto del Malargüe Distrito Minero Occidental I, la verificación del proyecto más avanzado marca un punto clave: el modelo de control deja de ser teórico y empieza a medirse sobre un proyecto real, con obras ejecutadas, inversión comprometida y perforaciones en el horizonte inmediato.




























