Con la activación de la UGA de PSJ Cobre Mendocino, la provincia suma su segunda unidad de gestión ambiental y la primera para un proyecto de explotación, en un paso clave para destrabar la minería tras dos décadas de freno.
Por Panorama Minero
A menos de una semana de la ratificación legislativa de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto PSJ Cobre Mendocino, el Gobierno de Mendoza activó uno de los dispositivos centrales del nuevo esquema de control ambiental minero: la Unidad de Gestión Ambiental (UGA). Se trata de un organismo multisectorial creado por la propia DIA y ratificado por ley, que ya tuvo su primera reunión formal y comienza a operar sobre el territorio.
El dato no es menor. En una provincia donde la minería metalífera permaneció virtualmente paralizada durante casi dos décadas, la creación inmediata de la UGA funciona como una señal política y técnica: el avance de los proyectos viene acompañado por un sistema de control reforzado, permanente y abierto a la participación ciudadana.
La UGA de PSJ Cobre Mendocino es la segunda que se conforma bajo este esquema. La primera fue creada para el distrito Malargüe Distrito Minero Occidental I (MDMO I), y en paralelo, en los últimos días, se formalizó también la UGA de MDMO II, en simultáneo con la incorporación de 27 nuevos proyectos al distrito. El modelo empieza así a replicarse como estándar para la nueva etapa minera de la provincia.
Aunque es la segunda Unidad de Gestión Ambiental que se conforma en la provincia, la UGA vinculada a PSJ Cobre Mendocino es, hasta ahora, la más relevante. Se trata de la primera asociada a un proyecto que avanza hacia la fase de explotación, una instancia que eleva de manera sustancial las exigencias de control ambiental y operativo. Una mina en producción demanda monitoreos continuos, trazabilidad de los procesos y capacidad de respuesta frente a desvíos, en un esquema de control que ya no es episódico sino permanente. Por eso, el desempeño de esta UGA no sólo será determinante para el desarrollo de PSJ, sino que funcionará como prueba de funcionamiento del modelo de control participativo que la provincia busca consolidar para reactivar la minería metalífera después de dos décadas de parálisis.
Uno de los rasgos distintivos de la UGA es que habilita la participación directa de ciudadanos en las tareas de control y seguimiento ambiental. Cualquier persona mayor de edad puede postularse para integrar la Unidad, sin necesidad de representar a una institución específica, mediante un formulario de inscripción disponible en los sitios oficiales de la Dirección de Minería y de la Dirección de Gestión y Fiscalización Ambiental. De este modo, el esquema de control incorpora una instancia abierta, sumando miradas externas al monitoreo técnico que realiza el Estado y reforzando la construcción de confianza en torno al desarrollo de la actividad minera en la provincia.
Un organismo de control ampliado
La Unidad de Gestión Ambiental no reemplaza a la Policía Ambiental Minera ni a la Autoridad Ambiental Minera, sino que se suma como un ámbito adicional de control y seguimiento, con una particularidad que la distingue: incorpora a ciudadanos, universidades, organismos técnicos y entidades sectoriales como parte activa del monitoreo.
En el caso de PSJ, la UGA reúne a más de 20 organismos, entre ellos el Departamento General de Irrigación, la UNCuyo, la UTN, áreas provinciales de ambiente, biodiversidad, patrimonio cultural, planificación territorial y municipios. Además, cualquier persona mayor de edad puede inscribirse para formar parte del espacio, accediendo a información, recorridas y procesos de seguimiento del proyecto.
El objetivo es claro: ampliar la base de control, transparentar los procesos y generar trazabilidad sobre cada una de las etapas del proyecto, desde el cumplimiento de la DIA hasta las inspecciones en territorio.
Control permanente y datos abiertos
La UGA tiene a su cargo la evaluación continua de la documentación que se incorpore al expediente ambiental del proyecto, la coordinación de inspecciones conjuntas y el análisis técnico de los informes que se vayan presentando. Funciona de manera periódica y con un esquema de trabajo reglado, establecido en una resolución específica que fija su alcance, metodología y responsabilidades.
Este enfoque se inscribe además en la adhesión de Mendoza a la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI), que promueve la publicación de información, la participación multisectorial y la rendición de cuentas en la explotación de recursos naturales.

Una pieza clave para destrabar la minería
La rápida puesta en marcha de la UGA tras la aprobación de PSJ Cobre Mendocino busca responder a uno de los principales déficits históricos de la minería en Mendoza: la falta de confianza social en los controles. Al sumar a ciudadanos, universidades y organismos independientes, el esquema apunta a correr el eje del debate desde la desconfianza hacia la verificación técnica permanente.
En ese sentido, la UGA se consolida como una herramienta central para la instalación progresiva de la industria minera en la provincia. No como un atajo, sino como una condición necesaria para avanzar después de años de bloqueo institucional y político.
Con PSJ, MDMO I y ahora MDMO II, el Gobierno provincial empieza a delinear un modelo que busca combinar habilitación de proyectos con control reforzado. La efectividad del esquema se medirá, de ahora en más, en el territorio y en la capacidad de estas unidades de sostener controles reales, continuos y visibles.



























