La tradicional minería metalífera y la revolución del litio se dan cita en Jujuy. Una de las jurisdicciones más atractivas para las inversiones mineras, la provincia de referencia combina un alto potencial geológico, políticas de estado, desarrollo de proveedores y un alto grado de identificación de sus habitantes con una actividad llamada a jugar un rol transformador.
Localizada en el extremo noroeste de la República Argentina, Jujuy es dueña de pintorescos paisajes cordilleranos y salares. En Argentina limita únicamente con la provincia de Salta, mientras que a nivel internacional comparte frontera con Bolivia y Chile. Es en ese entorno donde la minería juega un rol fundamental como actividad económica y social desde hace siglos, sabiendo que generaciones de familias tienen miembros que se han desempeñado en esta noble actividad, abrigando la firme esperanza de que ello continúe en el futuro. La dureza de la Puna, con su clima agreste, y la altitud como limitante del desempeño de personas y maquinarias son un perfil típico de la industria minera en Jujuy. A pesar de ello, trabajar en minería significa una oportunidad para alcanzar superaciones en el terreno personal, económico y educativo.
La minería es un gran componente del ADN jujeño. A su vez, esta provincia es uno de los más importantes referentes del sector minero argentino. Asociada tradicionalmente con la producción metalífera, la irrupción del litio significó una gran oportunidad para Jujuy, que ha sabido capitalizar este nuevo entorno presentado por el mercado, a la vez que observa el prometedor futuro que implica la demanda de este metal estratégico, y del cual la provincia de referencia puede seguir afianzando su rol en el espectro litio nacional e internacional. Una política de estado con fomento de desarrollo de estos emprendimientos ha logrado que Olaroz esté en plena producción y con vistas a ampliar su capacidad, Cauchari-Olaroz está listo para iniciar su construcción, y una amplia cartera de prometedores proyectos estén avanzando a paso firme.
Jujuy cuenta con nombres consolidados en la minería argentina como Mina Aguilar y Mina Pirquitas. Este último emprendimiento continuará su vida útil gracias al aporte del mineral que provendrá de Chinchillas. En este sentido, a comienzos de año se conformó un joint venture entre Silver Standard y Golden Arrow para desarrollar conjuntamente la mina Pirquitas y el depósito Chinchillas. El Estudio de Prefactibilidad contempla a Chinchillas como un depósito satélite bajo el método de explotación a cielo abierto, con el procesamiento de mineral en el actual molino y concentrador de mina Pirquitas, instalaciones que poseen la capacidad de recibir y procesar el mineral de Chinchillas, situado a 42 km de Pirquitas.
Los resultados más sobresalientes del Estudio de Prefactibilidad indican una producción anual promedio de plata equivalente de 8,4 Moz en una vida útil de ocho años, con una capacidad de procesamiento de 4.000 toneladas diarias de mineral. Los operadores consideran que podrían comenzar con el envío de mineral al molino de Pirquitas en la segunda mitad de 2018. La inversión total en concepto de gastos de capital (CAPEX) asciende a US$81 millones.
Jujuy posee una gran ventaja logística que es el Paso de Jama –disponible durante todo el año- que permite el fácil y rápido acceso a los puertos chilenos del océano Pacífico, para que desde allí los productos finales lleguen a su destino, por lo general el sudeste asiático.
Como actividad de fomento, la minería no solo contrata personal en forma directa o a través de contratistas. En conjunto con el Ejecutivo Provincial hay un amplio fomento de proveedores locales para que sean competitivos, por medio de capacitación, otorgamiento de facilidades crediticias, y otros instrumentos para que la minería en Jujuy no solo se trate de “empleo local”, sino también de “compre local”. En este sentido, la Cámara de Servicios Mineros –CASEMI- local juega un rol trascendente.
Jujuy es sinónimo de minería: la provincia está experimentando un auge de la industria del litio en conjunto con la tradicional minería metalífera. La combinación que se genera de esta unión sirve para generar valor allí donde se lo necesita, en lugares donde las oportunidades escasean. Y donde la minería juega un rol determinante para la transformación y el desarrollo.