Profundizando el desarrollo sustentable que lleva impresa la industria minera en la puna jujeña, Mina Pirquitas apuesta por la crianza de llamas con la intención de fortalecer esta actividad económica precolombina entre las comunidades.
La comercialización de productos derivados de camélidos es estratégica para la región, pero sufre de informalidad, excesiva intermediación y ausencia de procesos industriales, lo que merma considerablemente los ingresos en zonas inhóspitas, como las del departamento de Rinconada.
Por tal motivo, el equipo de Relaciones Comunitarias de Mina Pirquitas consensuó herramientas de apoyo para llevar adelante la optimización y eficiencia de los recursos que a la vez, constituyen una fuerte identificación con la historia de los pueblos originarios de la zona.
A tal efecto, el personal de la mina instrumentó acciones tendientes a fortalecer esas características culturales de las comunidades adyacentes al proyecto, con el claro objetivo de que el desarrollo sustentable de esta actividad constituya un camino de nuevas oportunidades históricas en la vida económica de las familias de Rinconada, Loma Blanca y Coranzulí, todas comunidades ubicadas en la puna.
Desde el año 2024, unas 48 familias productoras -13 de Rinconada, 19 de Coranzulí y 16 de Loma Blanca- se animaron a iniciar una experiencia que tiene como horizonte apartarse del comercio tradicional y construir un plan económico-financiero que optimice oportunidades y potencie su perfil emprendedor.
Zaida Caiconte, responsable del comité de llamas en Coranzulí, comentó: “Esta actividad viene de nuestros abuelos, pero siempre persistía la incertidumbre: ¿dónde vender?, ¿a qué precio? Muchas veces en Abra Pampa no se paga lo justo. Este proyecto es el cimiento de muchas iniciativas. Para muchos, es una oportunidad de capacitación y un nuevo inicio", agregó la dirigente.
Sanidad animal y mejora genética
“Buscamos consolidar un modelo sostenible basado en la cadena de valor del camélido, que refuerce capacidades locales, aumente los ingresos, preserve la identidad cultural y fomente el arraigo territorial en la etapa posminera”, precisó a su turno Telma Zemplin, superintendente de Relaciones Comunitarias de SSR Mining.
La experiencia involucra campañas sanitarias, regularización de la esquila y la incorporación progresiva de “añachos” (reproductores) para mejorar la genética de las tropas, implicando un trabajo anual que despertó el interés y motivación colectiva.
Arturo Aguirre, encargado rural de Loma Blanca, comentó que los operativos sanitarios implicaron extensas caminatas –de hasta 3 o 4 horas- por la falta de caminos para vehículos, y múltiples organizaciones en casas y parajes. “Todos quisieron ver hasta dónde se puede llegar, para mejorar la lana, la carne y la calidad de los animales”, expresó.
Alianzas territoriales
El programa articuló una red local inédita de apoyo: ganadería de Abra Pampa, INTA de Miraflores, comisiones municipales, comunidades indígenas, la Asociación Pachamama y la Fundación Puna Sustentable, con SSR Mining como empresa patrocinadora y articuladora.
“Este programa pone en valor el capital social y las capacidades locales, integrando lo cultural y territorial gracias al trabajo conjunto de productores e instituciones”, sostuvo Edgardo Volpi, gerente de Recursos Humanos y Relaciones Comunitarias de la minera.
Sostenibilidad en el territorio
Fortalecer el trabajo familiar, afianzar el compromiso a través del asociativismo y desarrollar un plan de negocio sólido, representa un desafío para familias productoras que se han involucrado en la generación de sanidad animal, la esquila y mejora de la calidad de sus tropas. Los ánimos ahora están puestos en la participación y la motivación que despertó la continuidad operativa de Mina Chinchillas – Pirquitas; ello motivó que los productores hayan definido reinvertir las utilidades por las ventas de hilo para disponer de capital de trabajo, buscando la continuidad del ciclo productivo y la comercialización para los próximos años.
Ester Mayo, ganadera de Costa de Guayatayoc, destacó en esta tarea el rol femenino: “Desde chica aprendí a criar ovejas y llamas. Mientras los hombres buscan sustento fuera, las mujeres sostenemos el campo. Podemos demostrar que aquí se puede vivir dignamente”.
En este marco trascendió que todos los actores involucrados se concientizaron en que hay que comenzar a trabajar en la complejidad de acrecentar volúmenes, capitalizar y gestionar en distintos mercados, entendiendo que sólo así es posible visualizar la sostenibilidad.
Eliana Flores, Coordinadora territorial del Programa, por Relaciones Comunitarias de SSR Mining, reflexionó: “cada grupo de productores tiene sus características propias y la experiencia muestra el rápido aprendizaje que viven cuando vencen el miedo y comienzan a apropiarse de sus decisiones. Compartir, vivir el cansancio y la alegría del trabajo colectivo hacen que nos veamos como territorio”.
Finalmente, Mario Palma Godoy, especialista de la Consultora Empoderar, afirmó que esta propuesta promovida por SSR Mining impulsa la diversificación económica regional, posicionando a los productores como protagonistas de la sostenibilidad en el escenario posminero.