Con resultados que revelan cuatro horizontes de mineralización y un modelo de extracción de bajo impacto, en Mendoza analizan lo que podría ser el futuro de la minería de Uranio en el país.
Por Panorama Minero
La Provincia de Mendoza, reconocida históricamente como pionera en la producción de uranio en Argentina, se encuentra hoy en el umbral de un significativo resurgimiento. No es sólo un anhelo, sino una idea en desarrollo impulsada por los prometedores y contundentes resultados de exploración de la compañía Blue Sky Uranium. Estos hallazgos no sólo reafirman el vasto potencial geológico de la región, sino que también posicionan a Mendoza para recuperar su rol protagónico en la provisión de este mineral estratégico, de la mano de tecnologías innovadoras y de bajo impacto.
Blue Sky trabaja en el lado mendocino de la Cuenca Neuquina, centrando su atención en antiguos pozos petroleros. La revisión inicial de datos de prospección de 89 pozos históricos de petróleo y gas ya ha arrojado resultados sobresalientes, identificando anomalías radiométricas en treinta de ellos, y lo que es crucial, detectando cuatro horizontes apilados diferentes con mineralización de uranio. Este nivel de detalle técnico, que incluye profundidades, espesores y valores de uranio equivalente (Ueq) de hasta 261 ppm, sienta una base sólida para el desarrollo de proyectos de Producción In Situ (ISR), la tecnología que está revolucionando la minería de uranio a nivel global.
Un legado histórico
Mendoza fue protagonista en el desarrollo del programa nuclear argentino. Desde los primeros hallazgos en la década de 1940 y la puesta en marcha de la Mina Huemul en Malargüe (la primera productora de uranio del país), hasta el funcionamiento del Complejo Minero Fabril San Rafael (CMFSR) o Sierra Pintada. Esta última fue durante más de dos décadas (1975-1997) abastecedora por completo de las centrales como Atucha I y Embalse.
Sin embargo, el cierre de Sierra Pintada, la necesidad de un proceso de remediación, y la promulgación de la Ley Provincial 7722 en 2007 (que prohíbe el uso de sustancias como el ácido sulfúrico en la minería metalífera), pausaron gran parte del desarrollo. Pero el interés nunca desapareció. La actual fase de exploración de Blue Sky, busca precisamente identificar y valorizar el potencial geológico remanente de depósitos viables.
La Cuenca Neuquina
Los focos de atención de Blue Sky se centran en el Proyecto Corcovo, ubicado en antiguos pozos petroleros de la Cuenca Neuquina en Mendoza, la misma formación geológica que alberga el yacimiento de Vaca Muerta.
Corcovo está compuesto por dos propiedades de exploración adyacentes que suman aproximadamente 20.000 hectáreas en el borde noreste de la Cuenca Neuquina. La compañía llevó a cabo una revisión inicial exhaustiva, interpretando datos de prospección de 89 pozos históricos de petróleo y gas. Esta revisión técnica ha sido reveladora: se identificaron anomalías radiométricas en treinta pozos ("Ueq"), confirmando la presencia de mineralización.
Lo más significativo es la detección de cuatro horizontes apilados diferentes con mineralización de uranio, lo que indica una estratigrafía rica en el mineral:
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El Núcleo de la Formación Centenario, principal objetivo y el más continuo, se encuentra a 500-600 metros de profundidad. Presenta anomalías radiométricas prospectivas de entre 1 y 10 metros de espesor, con valores de Uranio Equivalente (Ueq) de hasta 261 ppm (equivalente a 0,03% U₃O₈eq) en el sondaje JCP-100. La porosidad estimada, entre 22% y 30%, indica condiciones excelentes para la Producción In Situ (ISR). Además, se ha descrito una posible morfología de frente de rollo a lo largo de aproximadamente 7 kilómetros, sugiriendo una continuidad importante del depósito.
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El Borde de la Formación Centenario (500-550 metros) mostró intersecciones aisladas de hasta 60 ppm "Ueq".
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El Horizonte Neuquén (300-400 metros) registró valores de Ueq entre 25 y 65 ppm.
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El Canal Rayoso (450-500 metros) varió de 30 a 80 ppm Ueq.
Estos valores equivalentes de uranio (Ueq) se obtuvieron directamente de registros espectrales de rayos gamma calibrados, con mediciones realizadas aproximadamente cada 0,15 a 0,25 metros. La porosidad se estimó con precisión utilizando un promedio derivado de registros geofísicos (neutrónico, sónico compresional y de densidad aparente RHOB), reforzando la confianza en la viabilidad técnica para ISR.
Producción In Situ, la clave para un futuro sostenible
El potencial de Mendoza se alinea con la tendencia global: la Producción In Situ (ISR). Según explicó a PANORAMA MINERO el geólogo explorador de uranio y presidente de la Cámara de Empresarios Mineros de Mendoza, Guillermo Pensado, este método representa ya entre el 50% y el 60% de la producción mundial de uranio, y por buenas razones. La ISR permite extraer el uranio en solución sin necesidad de minería tradicional a cielo abierto o subterránea.
El experto destacó que visualmente, el proceso es de muy bajo impacto. Funciona mediante la inyección y extracción controlada de soluciones que disuelven el uranio de la roca, poniéndolo en un circuito cerrado. La industria se encaminó hacia la ISR en las últimas dos o tres décadas debido a sus muy bajos costos de producción y su mínimo impacto ambiental. Para que la ISR sea viable, se requieren condiciones geológicas específicas, como un acuífero confinado y bien sellado. Sin que esa agua tenga otro uso potencial.
Según explicó Pensado, la ISR en estos contextos no solo es eficiente, sino que también se alinea con las demandas ambientales actuales, permitiendo incluso la cercanía de la operación a áreas habitadas sin generar un ambiente de riesgo. El proyecto Corcovo fue validado para el desarrollo de uranio mediante ISR, como lo confirman los datos técnicos.
Sin embargo, el profesional destacó que se trata de procesos de exploración que pueden tomar tiempo y que están acorde con los plazos de la minería, que suelen ser extensos, por lo que aún deben darse muchos procesos antes de pensar en producción de uranio ISR en Mendoza.
Un modelo de éxito: la lección de Inkai en Kazajistán
Blue Sky toma como modelo de exploración para Corcovo el yacimiento Inkai en Kazajistán, un referente mundial. Inkai es también un yacimiento de uranio de frente de rodadura en areniscas fluviales permeables, con mineralización a profundidades de 350 a 530 metros. Sus espesores varían de 2 a 10 metros, con zonas localizadas de hasta 15 metros, y horizontes lateralmente extensos, trazables a lo largo de más de 25 kilómetros y hasta cientos de metros de ancho. El contenido promedio de uranio en Inkai es de aproximadamente 0,03% de U₃O₈, con reservas que totalizan 368 millones de toneladas con 251 millones de libras de U₃O₈. La similitud geológica y operativa con Inkai subraya el vasto potencial que Blue Sky ve en Mendoza.
Próximos pasos
Si bien la ISR es la estrella, la elección del método de minado siempre dependerá de la ecuación económica y las características de cada depósito. Blue Sky ya opera otros proyectos con diferentes enfoques: por ejemplo, el depósito Ivana en Río Negro, también en el extremo sur de la Cuenca Neuquina, es apto para cantera debido a que el mineral se encuentra en arena suelta a poca profundidad. Otros depósitos, como Cerro Solo en Chubut, con contenidos de uranio significativamente mayores, podrían incluso hacer rentable la minería subterránea.
En Mendoza, la Ley 7722 prohíbe la lixiviación ácida con ácido sulfúrico. Sin embargo, esto no frena la ISR, ya que se pueden utilizar otros lixiviantes. En el caso de Ivana, por ejemplo, se plantea la lixiviación alcalina usando carbonato y bicarbonato de sodio, un método que sí está permitido. La experiencia histórica también suma: la Mina Huemul, la primera de uranio del país, utilizaba el método de flotación, que también es una alternativa. La clave está en la innovación y la adaptación legal, considerando además que muchos de estos depósitos pueden ser multimetálicos, como la propia Huemul, que era una mina de cobre con uranio y vanadio.
Las actividades futuras planificadas por Blue Sky incluyen asegurar acceso a información adicional del subsuelo, como un estudio sísmico 3D-2D; el acceso a datos de aproximadamente 200 pozos de perforaciones históricas adicionales con una separación de 330 a 400 metros; y la obtención de muestras de agua de pozos petrolíferos activos y cortes de perforación históricos para validar datos y completar pruebas geoquímicas.
Demanda global y soberanía Energética
La reactivación del potencial uranífero de Mendoza llega en un momento crucial para el mercado mundial. La demanda de uranio primario se proyecta con un fuerte crecimiento a partir de 2030, impulsada por un renovado interés global en la energía nuclear como solución para la descarbonización. En la COP28, numerosos países señalaron la necesidad de triplicar la energía nuclear para 2050, anticipando un "déficit muy importante" de uranio primario que el mercado actual no podrá cubrir.
Para Argentina, esto es una oportunidad de oro. A pesar de que el país maneja la cadena completa del desarrollo nuclear, desde la producción de combustible con compañías como Dioxitec y Conuar hasta el reciclado, actualmente importa el 100% de su uranio desde el cese de producción en Sierra Pintada. Recuperar la producción nacional de uranio no es solo una cuestión económica; es una cuestión de "visión estratégica" y de independencia energética. El objetivo es claro: ser autosuficientes en la provisión de uranio y, eventualmente, posicionar a Argentina como un exportador.
