En un nuevo anuncio sobre su proyecto cuprífero sanjuanino, McEwen Copper reveló los resultados de la actualización de la Evaluación Económica Preliminar (PEA). La misma incluye una estimación de recursos minerales independiente actualizada, que se ha incrementado a 10,9 billones de libras de cobre (indicadas, con una ley de 0,40%) y 26,7 billones de libras de cobre (inferidas, con una ley de 0,31%). La empresa pondrá en marcha una reestructura general de la futura mina para viabilizar su entrada a producción.
Por Panorama Minero
En precisiones de la compañía, de capitales canadienses, la estrategia de desarrollo seleccionada para la PEA 2023 difiere notablemente de la presentada en la anterior Evaluación, publicada en 2017.
En aquel entonces, la estrategia consistía en construir una mina con una planta convencional y un concentrador de flotación que produciría un concentrado para luego exportar a fundiciones internacionales. Sin embargo, el PEA 2023 propone un proyecto de lixiviación en pila (heap leach) que utiliza extracción por solvente-electroobtención (SX/EW) para producir cátodos de cobre destinados a la venta tanto en Argentina como en mercados internacionales.
Existen tres razones principales por las cuales se ha optado por cambiar la estrategia en Los Azules.
En primer lugar, la huella ambiental. Con esta nueva propuesta, se reduciría el consumo de agua dulce en aproximadamente un 75% (de 600 a 150 litros por segundo). A la vez, el consumo de electricidad se vería reducido en un 75% (57 vs 230 MW), y las emisiones de gases de efecto invernadero podrían lograr una reducción de un 57% (670 vs. 1,560 CO2-e/t Cu de Alcance 1 y 2), con la posibilidad de alcanzar reducciones adicionales mediante la implementación de nuevas tecnologías. En esa línea, el objetivo es “lograr emisiones netas de carbono nulas para 2038, con algunas compensaciones”.
En segundo lugar, esta nueva metodología permitiría reducir los riesgos vinculados a la otorgación de permisos. Para McEwen, “al proponer cualquier desarrollo de megaproyecto, es vital comprender los estándares locales y las sensibilidades en torno a los permisos”. El tipo de operación al cual se orientó el proyecto utilizaría una tecnología de lixiviación en pila que ya se encuentra en operación en San Juan, lo que podría facilitar el proceso de obtención de autorizaciones provinciales. “Además, elimina los relaves, conserva los escasos recursos hídricos utilizados y reduce la complejidad general de la mina”, añadieron desde la empresa.
La tercera ventaja está relacionada a la producción de cátodos. El proceso de lixiviación permite producir cátodos de cobre “Grado A / LME”, que pueden utilizarse directamente en la industria, incluyendo Argentina, lo que reduce los impuestos a la exportación. Esto elimina la dependencia de fundiciones extranjeras de terceros para el procesamiento de concentrados en productos de cobre refinado. También elimina las significativas emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al transporte y la contaminación generada por la fundición. Además, se reduce el riesgo de contraparte y de fluctuaciones en los precios.
McEwen considera que los avances logrados en el PEA 2023 para reducir su huella ambiental y promover una mayor responsabilidad medioambiental y social distinguen al proyecto de otros posibles desarrollos mineros, lo cual justifica adecuadamente ciertos compromisos económicos. Los principales compromisos para lograr estos beneficios ambientales incluyen una menor recuperación general de cobre, costos unitarios ligeramente más altos y una generación de flujo de efectivo menos inmediata debido a los ciclos prolongados de lixiviación. “Sin embargo, el proyecto sigue siendo muy sólido y McEwen cree que algunas de estas desventajas pueden mitigarse mediante la implementación de tecnologías en desarrollo, como Nuton™, que serán discutidas más adelante”.