La noticia sacudió a la industria minera, en este caso del segmento del oro en particular. En el marco de un ambiente en el que la onza de oro se batía para sostener la cotización en un piso de US$1.200, el anuncio de la compra de Randgold Resources por parte de Barrick Gold llegó para inyectar aire fresco a un sector que estaba aletargado. Una combinación que, según analistas, une a dos de los principales jugadores de la industria aurífera: por un lado Barrick, con su músculo financiero, y por otro lado Randgold Resources, organización especializada en gerenciar exitosamente diversos centros mineros situados en el continente africano.
La nueva organización, con una capitalización de mercado del orden de los US$24.000 millones, será el referente por excelencia de la industria aurífera mundial en varios ítems -operativos y financieros- que incluyen el menor productor en términos de costos por onza producida, la compañía con mayor capitalización de mercado y máximo productor de onzas, sumado al principal poseedor de reservas del metal dorado. Estas son solo algunas de las cartas de presentación de la nueva Barrick.
¿Cómo se arribó a esta combinación empresaria? Una realidad indica que los grandes productores auríferos son testigos de una fuerte disminución de su stock de reservas auríferas, y para poder mantener los actuales ritmos de producción se requiere de altos costos de inversión así como de operatividad.
En el marco de este escenario se ha gestado desde hace varios años una capa intermedia de productores auríferos como Randgold, que no necesariamente tienen el calibre de Barrick, pero son ampliamente exitosos en el gerenciamiento de sus centros mineros, con un fuerte énfasis en el control de costos. Esta circunstancia es elogiada en el mercado, de momento que Randgold ha distribuido dividendos en forma ininterrumpida, año tras año, gracias al exitoso gerenciamiento de sus operaciones.
Los mercados recibieron la noticia de esta fusión entre Barrick y Randgold en forma muy positiva. Los analistas consideran que este era el momento para un sacudón positivo que dejara de lado un aletargamiento que comenzaba a preocupar, amplificado por la baja cotización del oro. Al momento del anuncio de la combinación empresaria -24 de septiembre-, el oro cotizaba en US$1.202, y al momento de este editorial se situaba en el orden de los US$1.230. Un incremental de US$28/oz –equivalente a cerca de un 2,5% en menos de un mes- habla a las claras de que el anuncio entre Barrick y Randgold ha servido para impulsar al metal dorado. Y se espera que sea el primer capítulo de una nueva ola de fusiones y adquisiciones.
¿Qué puede ocurrir en la región sudamericana? La nueva organización tendrá un fuerte foco operativo en Nor-
teamérica y Africa, que en forma conjunta representan un 78% de la producción de 2017. La participación de Sudamérica es de solo un 13%, pero representa un 30% de los recursos medidos e indicados. Sobre esta base, se puede inferir que en Argentina se profundizaría la relación entre Barrick y Shandong Gold, siendo la mina Veladero el primer paso de esta asociación estratégica: ambas compañías suscribieron acciones mutuas por US$300 millones para reforzar el vínculo.
El flujo de fondos proveniente de la nueva organización servirá no solo para distribuir dividendos, sino para reinvertir y visionar un futuro mucho más alentador, que pueda permitir el avance exploratorio en una región como el centurión El Indio, alumbrando la riqueza de uno de los principales cordones auríferos del planeta, compartido por Argentina y Chile.