En una de las elecciones más reñidas en la historia de los EE.UU. el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, consiguió alzarse con el triunfo y de esta manera convertirse en el 45° Presidente de la principal economía mundial. Frente a todos los pronósticos, y dejando en evidencia la fragilidad que pueden llegar a tener las encuestas previas, Donald Trump se impuso ante la representante del Partido Demócrata, Hillary Clinton, con lo mínimo: 288 electores versus 215 electores cuando aún quedaban algunos estados por definir (se requiere de un mínimo de 270 electores para acceder a la Presidencia)
Con el correr de las horas, Trump comenzó a ganar en estados que se consideraban vitales si quería llegar a la Casa Blanca: Florida, Ohio y North Carolina fueron bastiones del triunfo del candidato Republicano. Y, de la misma manera en que se comenzaba a confirmar una tendencia de Trump desde el este hacia el oeste, también comenzaba a tomar impulso el oro ante las corridas en los mercados asiáticos, llegando a valores cercanos a los US$1.340/oz, lo que representó la mayor ganancia desde el Brexit, el Referendo Británico por el cual este país tomó la decisión de alejarse de la Unión Europea.
Luego de dirigirse a sus seguidores, y en un tono menos combativo que durante toda su campaña electoral, Donald Trump ha permitido calmar las aguas y el oro ha retrocedido algunas posiciones, pero consolidado por encima de los US$1.300/oz.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca representa una gran sorpresa, inclusive para las personas de su mismo partido. Un candidato con un discurso frontal, se espera que algunos sectores puedan tomar oportunidades de esta nueva geopolítica que comenzará a tejerse en los próximos meses. Y es allí donde el oro ya tiene un lugar ganado, y Argentina la oportunidad de seguir jugando su rol de destino minero mundial.
El triunfo de Trump impulsa el oro
