Se discutió la tercera actualización del Informe de Impacto Ambiental del proyecto Tres Quebradas, en un clima de respeto, transparencia y búsqueda de consensos.
Por Panorama Minero
“Fiambalá – En un ejercicio de democracia participativa y transparencia ambiental”, se llevó a cabo la tercera charla pública organizada por el Ministerio de Minería de Catamarca, en coordinación con el Ministerio de Agua, Energía y Medio Ambiente, el Municipio de Fiambalá y representantes de la empresa responsable del proyecto Tres Quebradas.
La jornada, que fue transmitida en vivo y abierta a toda la comunidad, permitió un diálogo directo y ordenado entre vecinos, autoridades y técnicos. Los ciudadanos participaron activamente, ya sea mediante preguntas orales o escritas, poniendo sobre la mesa inquietudes clave sobre los posibles impactos ambientales, sociales y económicos de la minería en la región.
Información clara y participación activa
Durante la apertura, autoridades provinciales como Antonina Velasco, Teresita Regalado, Jessica Jornet, y técnicos de las áreas de Geoquímica, Protección Social y Fiscalización Ambiental, explicaron el objetivo de la reunión: presentar la tercera actualización del Informe de Impacto Ambiental del proyecto litífero y fomentar un espacio de consulta pública abierto y respetuoso. También participaron representantes del Ministerio de Medio Ambiente, de la Secretaría de Recursos Hídricos y funcionarios municipales.
Se detalló cómo acceder al informe actualizado, qué aspectos contempla, y cómo funciona el proceso técnico de evaluación según la Ley Nacional 24.585, que regula los impactos ambientales en la minería. Asimismo, se explicó la importancia del cumplimiento de los estándares ambientales y sociales, y el rol que cumplen los organismos de control para garantizar que las operaciones mineras se desarrollen dentro de los marcos legales.
Uno de los momentos más esperados fue el intercambio entre los vecinos y las autoridades. A través de un formato ágil y respetuoso, se respondieron preguntas clave que reflejan tanto inquietudes históricas como nuevas preocupaciones frente a la magnitud del proyecto.
1. Impacto ambiental y fuentes de agua
Vecinos de distintos sectores de Fiambalá preguntaron específicamente por el efecto de las perforaciones en las napas subterráneas, la posibilidad de contaminación por químicos y el impacto sobre la flora y fauna local.
Las autoridades respondieron que el diseño de los pozos contempla sistemas de aislamiento para evitar filtraciones y contaminación cruzada. Se realizan monitoreos de calidad de agua antes, durante y después de las operaciones. También se implementan programas de protección de fauna nativa y se trabaja con estaciones de control ambiental para detectar cualquier alteración. En caso de incidentes, se aplican protocolos de remediación inmediata.
2. Desarrollo local y empleo
Una de las preocupaciones recurrentes fue cómo se garantiza que la comunidad de Fiambalá acceda realmente a los beneficios económicos del proyecto. Vecinos reclamaron mayor inclusión de trabajadores locales, apoyo a proveedores regionales y transparencia en los procesos de contratación.
En respuesta, funcionarios del Ministerio y de la empresa destacaron que hay cupos específicos para mano de obra local y que se están implementando programas de capacitación técnica en oficios relacionados con la minería, para que más fiambalenses puedan postularse a puestos calificados. También se informó sobre convenios con escuelas técnicas y se adelantó que habrá nuevas instancias de formación profesional en coordinación con instituciones educativas.
3. Fiscalización y control
Varias preguntas apuntaron al rol del Estado como garante del cumplimiento ambiental. Los vecinos exigieron saber quién controla a la empresa y qué consecuencias tiene si no respeta la normativa.
Desde el Ministerio de Minería se explicó que se realizan inspecciones programadas y también auditorías sorpresivas, con participación de equipos técnicos de distintas áreas. Se labran actas y se aplican sanciones en caso de incumplimientos. Además, se invitó a los vecinos a participar en el sistema de denuncias ambientales, que está habilitado y puede usarse de manera presencial o digital.
4. Transparencia y acceso a la información
Se planteó la necesidad de haber contado con estos espacios de diálogo mucho antes, para que la comunidad pudiera informarse mejor desde las etapas iniciales del proyecto.
Las autoridades reconocieron este punto y se comprometieron a sostener un “cronograma de encuentros periódicos”, con presencia técnica y política, para garantizar un seguimiento transparente y participativo. Se recordó que el informe completo está disponible para la comunidad y se ofreció asistencia para quienes necesiten ayuda en su lectura o interpretación.
5. Contingencias y medidas de mitigación
Otro eje central fue qué ocurrirá si se detecta contaminación en el agua, el suelo o el aire. Se preguntó también por la responsabilidad que asumiría la empresa ante un daño ambiental.
Los técnicos explicaron que existen “planes de contingencia específicos” para distintos tipos de emergencias. En todos los casos, se contempla una respuesta inmediata, con paralización de actividades si fuera necesario, reparación del daño y seguimiento posterior. Las autoridades remarcaron que la licencia social y ambiental de los proyectos está supeditada a su comportamiento ambiental responsable.
6. Participación ciudadana
Finalmente, los vecinos consultaron cómo pueden influir en las decisiones futuras.
Las autoridades insistieron en que el proceso de consulta sigue abierto, e invitaron a todos a participar en los talleres, reuniones y nuevas charlas que se irán organizando. “La opinión de cada ciudadano es parte del proceso. No hay proyecto sustentable sin comunidad informada y protagonista”, afirmaron.
Un proceso que sigue abierto
Más allá de las diferencias de opinión, la tercera charla pública dejó un mensaje claro: “la comunidad quiere ser escuchada, formar parte de las decisiones y ser protagonista del desarrollo de su territorio.”
El camino hacia una minería sustentable requiere, además de tecnología y control, confianza. Y la confianza se construye con información clara, espacios de diálogo permanentes y un Estado presente.